domingo, 19 de diciembre de 2010

historia de los viscachanis

Periodo prehispánico
El periodo prehispánico abarca un lapso que va desde la llegada del hombre a nuestro continente hasta el descubrimiento de América por los europeos. Este periodo tuvo en lento desarrollo que se inició con los primeros recolectores y cazadores hasta la formación de asentamientos estables debido a la práctica de la agricultura que obliga a esperar en un mismo sitio el producto de la cosecha. Estas sociedades incipientes se agrupan en aldeas formadas por viviendas muy simples, convirtiéndose con el tiempo en centros ceremoniales que responden a una ideología, la que se expresa mediante diversas manifestaciones religiosas. Es característico de estos grupos humanos el cuidado que ponen en los enterramientos a causa de su creencia en la otra vida. Por ello se conservan los cuerpos mediante procesos de momificación. Finalmente, se forman grandes y poderosos estados gracias a una organización eficiente, al uso de una tecnología avanzada y a la distribución del trabajo, lo que permite tener un excedente que se utiliza al servicio de la comunidad. Se construyen templos, palacios y caminos, y se conforman las primeras ciudades. Existe un arte desarrollado que se manifiesta principalmente mediante la cerámica y la textilería.

El hombre americano

La antiguedad del hombre en América se estima en más de 40.000 años. Los pueblos más tempranos son recolectores y cazadores. Estos grupos humanos siguen una trayectoria que partiendo de Alaska llega a la Patagonia. Hacia los 20.000 años de antiguedad aparecen las industrias líticas consistentes en puntas de proyectil desbastadas por percusión; entres las más antiguas industrias de la cueva de Sandía que se relacionan con los grandes animales de fines del Cuaternario.

Periodo prehispánico en Bolivia

El período prehispánico en Bolivia se da en dos zonas la altiplanicie situada en la región de la cordillera y las tierras bajas.
El sector de la altiplanicie abarca el occidente de Bolivia, y se halla relacionado con las culturas de la sierra en el Perú, las costas y más al norte de Chile. Existe una secuencia que culmina con la aparición de Tihuanaco, la formación de los señoríos aymaras y la dominación incaica. Las tierras bajas tienen un desarrollo diferente, los pueblos de oriente contactan con los incas a raíz de una invasión guaraní a territorio incaico.

CultAndinaura

En el segundo milenio antes de Cristo, después de la revolución agraria y la aparición de la cerámica, que corresponde al final del periodo arcaico, aparecen las primeras aldeas y empiezan a definirse las altas culturas. A este periodo se lo denomina formativo.
El área donde se encuentran los actuales países de Ecuador, Perú y Bolivia, tiene dos zonas geográficas bien determinadas la costa y la sierra. Esta última a partir del nudo de Vilcanota, donde la cordillera se divide en Oriental y Occidental, abarca el Altiplano cuya altura media sobre el nivel del mar es de 3.800 mts.; en esta parte se sitúa el complejo lacustre Titicaca-Desaguadero-Poopó. Más allá de la cordillera y la sierra están los valles mesotermos y el trópico con los que las altas culturas altiplánicas y de la sierra mantenían contactos temporales.
Las culturas andinas de la costa tienen una arquitectura en base al adobe y una economomía sutentada en las pesca y el maíz. Las de la sierra y altiplano presentan arquitectura preferentemente de piedra y una economía en base a la papa y los camélidos. Uno de los complejos más antiguos, situado en la sierra norte del Perú, es el Kotosh con su famoso templo de las Manos Cortadas. Cerca del primer mileio aparece Chavín de Huantar, cuyo centro ceremonial tiene pirámides atravesadas por galerías internas, cabezas clavadas en los muros y patios hundidos.
En la zona del Cuzco, cerca del asentamiento Huari de Pikillajta, aparecen los Incas, fundadores del Cuzco, quienes entre los siglos XIII y XIV inician su expansión estableciendo un imperio pan-andino, tal como en su momento lo hizo Tihuanaco, que logró ponerse en todo los Andes.

Wankarani

La cultura Wankarani se desarrolló en los actuales departamentos de La Paz y Oruro, al norte y noreste del Lago Poopó. Creció en base a asentamientos aldeanos, conoció la manufactura de cerámica y la escultura en piedra.
La antiguedad de esta cultura se remonta al año 1.200 antes de nuestra era y pervive hasta el siglo segundo después de Cristo. Establecida en una región de puna donde las condiciones de vida son sumamente duras no llegó a desarrollarse plenamente, manteniendo su estado de tipo aldeano hasta sucumbir al influjo de la expansión tiahuanacota. Los hombres de la cultura Wankarani practicaron la agricultura y su economía se basjó en el pastoreo de camélidos de donde sacaban la lana para su vestimenta. Llevaban caravanas de llamas a través del altiplano, probablemente conectando las tieras altas con las costas del pacífico. Conocían la fundición del cobre por medio de huairas que son hornos de barro que funcionan con el viento y que se colocaban en lugares propicios. Usaban hojas de cuarcita y heliobasalto procedentes de las canteras de Querimita en sus instrumentos de labranza. La cultura Wankarani cuenta con 17 sitios entre los que sobresalen Pucara de Belén, Upsa-Upsa, Kella-Llollu y Wankarani propiamente dicho. Llegaron a tener algunas aldeas sobre las escribaciones del valle cochabambino.
Esta cultura se desarrolla durante el período Formativo y es anterior a la aparición de las altas culturas, como Tihuanaco. Sus aldeas están situadas sobre montículos algunos de los cuales son muy extensos, como el Upsa-Upsa que tiene 150 mts de longitud por 150 mts de ancho. Las casas son de adobe y de planta circular con un diámetro máximo de seis metros; posiblemente se cubrían de paja. Estas viviendas se hallaban muy próximas unas de otras en un asentamiento sumamente denso; la aldea se rodeaba de una muralla, como puede verse en Kella-Kollu, cuyo perímetro tiene cimiento de piedra. No hay diferenciación en las viviendas lo que hace suponer que estamos en una sociedad igualitaria, previa a la división de clases y a la concepción especializada del trabajo.
No hay restos de construcciones correspondientes a centros religiosos, ni templos; tan solo se han encontrado cabezas de camélidos, especialmente llamas, tallados en piedra con un largo cuello espigado. No están asociados a ninguna pared por los que se supone que se clavaban enel suelo. Posiblemente responden a una concepción religiosa y ceremonial. La cerámica carece de pintura; son especialmente significativas las figurillas humanas modeladas.


Chiripa

La cultura Chiripa se ubica en el departamento de La Paz, en la península de Taraco sobre el lago Titicaca. Se trata de un montículo artificial de 60 por 50 metros de superficie, aproximadamente, y de seis metros de altura, sobre el cual se encuentran varias habitaciones de planta rectangular dispuestas en semicírculos en torno a un templete semisubterraneo. Se debe señalar que las habitaciones tienen paredes dobles, usándose este espacio para almacenamiento y para proteger el interior de los cambios climáticos. Las puertas de ingreso son corredizas, penetrando la hoja en una ranura de la pared. Los muros son de adobe los cuales se solían pintar, el piso de tierra apisonada, bajo los cuales se realizaron algunos enterramientos y usaron la paja para techar. Este tipo de habitación con paredes dobles es único en el ámbito andino. El templete semisubterráneo central tienen los parámetros de grandes lajas de piedra y es similar al Templete semisubterráneo de Tihuanaco. Existen patios semisubterráneos, además de Tihuanaco y Chiripa, en Pucara. La escultura de la cultura Chiripa muestra piezas líticas decoradas con serpientes y batracios. Existe una lápida con un rostro humano central del que emergen dos piernas y cuatro rayos con punta de flecha. Serpientes y llamas dispuestas dos a dos, decoran los costados alternando con los apéndices de la figura central. La escultura de Chiripa se halla relacionada con monolitos decorados en sus cuatro caras; en la anterior y la posterior se representan seres humanizados uno masculino y otro femenino a cuyos pies hay determinadas plantas y en los costados serpientes. Al parecer se trata de ídolos relacionados con la lluvia y presentan la dualidad propia del ámbito andino. Este tipo de esculturas representan una tracición religiosa característica de los poblados situados a orillas del lago Titicaca. En cuanto a su industria los chiripas fundían el cobre. Para este objeto utilizaron sopladores a manera de tubos modelados en cerámica; estas piezas se decoran con cabecitas, unas veces humanas y otras zoomorfas. En general la cerámica Chiripa es sencilla, el elemento más característico es un recipiente de fondo plano, de color ocre claro pintado en rojo con motivos escalonados, muchas veces estas piezas presentan también cabecitas modeladas y adheridas. Chiripa es una cultura lacustre que dominaba la agricultura. Se ubico en el siglo XIV antes de Cristo y dura hasta los primeros años de nuestra era. En un momento es coetánea a Tihuanaco.
 

Tihuanaco

Tiahuanaco: bases productivas y tecnología
Esta cultura, para su mejor comprensión, ha sido dividida en tres grandes épocas de acuerdo a su desarrollo histórico y social: se denominan Período Aldeano, Período Urbano y Período Expansivo. El primer período, contemporáneo a Wankarani y Chiripa, se inicia después del año mil a. C, con los primeros asentamientos humanos en el sitio de Tiahuanaco y dura hasta poco antes de nuestra era. Entre los siglos II y I a.C. se desarrolla en la zona occidental del lago Titicaca la cultura Pucará (Perú). A comienzos de nuestra era nace en Tiahuanaco un gran centro religioso en el cual existe una población estratificada en clases sociales. En este período, que podemos llamar urbano, empieza a definirse la formación de un estado que trasciende los límites de la ciudad. La producción agrícola tiene excedentes que sirven para sostener a la aristocracia dominante: a los sacerdotes y a los guerreros. Aparecen artesanos especializados tanto en cerámica como en metalurgia. En este período nacen otras ciudades y centros como Ojje, a orillas del lago Titicaca, Konko - Wankani, cerca del actual pueblo de Jesús de Machaca, y Lucurmata cercana a las tierras que se cultivan por medio de “camellone” o zanjas transversales que permiten retener el agua de las lluvias para asegurar el cultivo en tiempo seco, también se crearon pequeñas lagunas artificiales. Los “camellones” reciben el nombre aimara de suka - kollus. Su subsistencia se basaba en el pastoreo y el cultivo de la patata la cual una vez deshidratada podía conservarse por largo tiempo, para la obtención de diversos productos se establecieron enclaves en los valles subtropicales y con la costa donde existían centros tan importantes como San Pedro de Atacama. La domesticación de la llama les permitió crear caravanas que posibilitaron el transporte de los diferentes productos. Finalmente los tiahuanacotas explotan diferentes metales y mediante la amalgamación del cobre con el estaño obtienen el bronce logrando así una superioridad técnica sobre los otros pueblos que aun no lo conocían.
El período urbano dura hasta el siglo séptimo de nuestra era. Para esta fecha se había iniciado la expansión del estado tiahuanacota que tuvo diversas modalidades, según se realizara en zonas con una cultura propia, muy desarrollada, o en zonas de poca tradición cultural. En el primer caso, como aconteció en la sierra central y en la costa del Perú, se produce un mestizaje cultural que une las características tiahuanacotas a las locales ya existentes; además, hay localidades estrechamente relacionadas con Tiahuanaco, como Huari, cerca de Ayacucho, ciudad que llegó a ser uno de los centros más poderosos de la expansión tiahuanacoide. Sobre Huari actuaron tanto Tiahuanaco como las influencias costeñas de Nazca; así la difusión tiahuanacoide sobre el área andina se realizó desde dos puntos: Huari al norte, que se expandió sobre las culturas de la costa desde Moche hasta Nazca; y al sur Tiahuanaco que se expandió hasta Cochabamba, llegó a Moquegua y el desierto de Atacama.
En el siglo XIII el colapso de Tiahuanaco fue inevitable y esta cultura desaparece dejando en la región una serie de grupos humanos, muchas veces en pugna entre sí, los que se con el nombre de los “Señoríos Collas”; están formalmente caracterizados por sus enterramientos en forma de chullpas y sus pucaras

Población y lengua

Respecto a la población, los cálculos más modernos dan para ciudad de Tiahuanaco unos cuarenta mil habitantes, suma muy alta para los cánones de la época. Era una sociedad multiétnica pues junto a la población pukina, que era la dominante, estaban los urus quienes habitaban alrededor de los lagos y ríos, y población de origen aimara, estos últimos, así como los choquelas, se dedicaban al pastoreo. Además, el control de los pisos ecológicos permitía un intercambio, no solo de productos sino de culturas entre las poblaciones del valle y las tierras calientes con Tiahuanaco; así parece evidenciarse en la cerámica encontrada en la isla de Pariti donde están representados diferentes grupos étnicos.
Los idiomas utilizados eran el pukina, casi extinto en el siglo XVI y del que solo queda el vocabulario recogido por el Franciscano Jerónimo Oré; el huruquilla, hablado por los uru-chipayas y el jaqe o proto-aimara.

Período aldeano

En este período el sitio de Tiahuanaco estaba ocupado por una pequeña aldea con casas rectangulares techadas a dos aguas a las que se adosaba un recinto circular, posiblemente destinado a la cocina. Los cimientos eran de piedra y los muros de adobe; pequeñas calzadas unían las viviendas. No se han encontrado vestigios de arquitectura religiosa o monumental. Tampoco hay indicios de que existieran clases sociales. Los enterramientos se realizaban directamente en cistas de piedra. Los cuerpos hallados indican que se practicaba la deformación craneana. Su economía se basaba en el cultivo de la papa, que para su almacenaje era deshidratada en la forma que hoy se conoce como chuño. Así mismo se cultivaba la oca. Uno de los elementos decisivos fue la domesticación de la llama lo que permitió el pastoreo; se formaban caravanas que sirvieron para el intercambio de productos. La lana fue necesaria para la textilería y su carne servía de alimento. Mantenían un comercio suplementario a través del intercambio de flechas de obsidiana tan características de la cultura Wankarani. Se traía la sodalita para la manufactura de cuentas que se utilizaban como ornamento; también se traía heliobasalto de las canteras de Querimita. Se conocía el cinabrio, cuyo color rojo era utilizado en los enterramientos. Se trabajaba el cobre incluyendo el vaciado. Así mismo se trabajaba el oro y la plata.
En el período aldeano hay dos tipos de cerámica, uno de ellos que tiene similitud con la cerámica Pucará es incisa y pintada de color marrón, rojo y blanco sobre fondo castaño claro. Son notables las vasijas globulares decoradas con esta técnica, algunas presentan un felino c m el cuerpo de perfil y el rostro humanoide de frente. Otras vasijas tienen forma de aves. El segundo tipo carece de pintura y algunas de sus piezas están modeladas en forma de figura humana.

La transición

Al período aldeano sigue un período de transición que muestra ciertas concomitancias formales con la cultura Pucará que se desarrolla al noroeste del lago Titicaca a partir del siglo II a.C. A esta época pertenecen las dos estatuas de Pocotia que se caracterizan por su realismo; son estelas antropomorfas sedentes que tienen las costillas vistas. Existen otras dos estelas del mismo estilo, también sedentes, que se encuentran a la entrada de la iglesia de Tiahuanaco.
Finalmente, también correspondería a este período de transición la llamada “Piedra del Rayo” que fue llevada a Tiahuanaco desde Arapa, localidad situada en el noroeste del lago Titicaca. La "Piedra del Rayo" está decorada con volutas y batracios y tiene relación estilística con algunas estelas de Pucará. Parece que fue un trofeo de guerra, pues la base se conserva en Arapa. Posiblemente se llevó a Tiahuanaco cuando esta cultura estaba en su apogeo.

La ciudad sagrada

En el siglo segundo de nuestra era Tiahuanaco dejó de ser la aldea concentrada de los primeros tiempos para convertirse en la gran urbe ceremonial que tiene dos centros dominantes: el conjunto de Akapana con 13S edificios que la rodean y el de Puma - punku situado al sudoeste de la Akapana. Ambos muestran la estructura doble la ciudad de Tiahuanaco, que evidencian la división propia de la sociedad andina, división que pervive hasta la llegada de los españoles y después. Todas las ciudades andinas, incluyendo el Cuzco, se dividen en dos: Anan (los de arriba) y Urin (los de abajo).
El centro que se halla situado en torno a la Akapana comprende los siguientes edificios: el templete Semisubterráneo, la pirámide Akapana, Kalasasaya, Kantataita, Putuni y Keri-kala.
El Templete Semisubterráneo es el edificio más temprano pues pertenece a la época III; se halla formado por un patio hundido de forma rectangular delimitado por cuatro muros de contención en los que se han empotrado cabezas clavas que muestran diferentes estilos escultóricos; se supone que representan a los distintos pueblos que estaban sujetos a Tiahuanaco como sociedad multiétnica que era. Al Templete Semisubterráneo se accede por una escalinata situada en el muro sur. Esta edificación tiene similitud con los patios hundidos de Chiripa y Pucará aunque la inclusión de cabezas clavas determina una notable diferencia. Como antecedente a este tipo de decoración podemos señalar las cabezas clavas de Chavín de Huantar (Perú), cultura anterior a Tiahuanaco. En todo caso las cabezas clavas así como los patios hundidos y las estructuras pirámidales, son características de la arquitectura anterior a los “señoríos aimaras”.
En el interior del Templete se encontró la llamada “estela barbada” que es antropomorfa: ostenta nariguera en el rostro y tiene los brazos colocados sobre el pecho y vientre; en la parte baja hay dos pumas y a los costado serpientes ascendentes. Está relacionada con una serie de estelas que están en torno al lago Titicaca y que se conocen como estilo “Pajanu” o como “la tradición yaya-mama, nombres de derivan del carácter bifronte de estas esculturas. Entre las estelas de este tipo son conocidas la de Santiago de Huata, en Bolivia, y la de Taraco, en el Perú. Estas esculturas tienen dos rostros y a los costados serpientes. Son algo anteriores a la época III de Tiahuanaco. Según indica el extirpador José de Arriaga, quien vio una de estas esculturas en el siglo XVII, se las adoraba pidiéndoles lluvia para las sementeras.
También se encontró dentro del Templete Semisubterráneo el “monolito Bennett” (nombre del descubridor) que es una representación humana de más de siete mts. de altura; figura que tiene las manos sobre el pecho y sostiene un vaso “kero” en una de ellas. En el cuerpo están tallados símbolos del desarrollo agrario, plantas alucinógenas y camélidos.
Akapana es una pirámide hecha a mano, tiene 140m. de este a oeste y 180m. de norte a sur, con una altura de 15m. Está orientada a los puntos cardinales y su planta asume una forma escalonada con un patio hundido en su interior. Sobre el lado oriental estaba la escalera principal. La pirámide está formada por siete plataformas sucesivas delimitadas por muros de contención los cuales se componen de pilares asentados por su peso y trabados lateralmente entre los que se levanta una pared de sillar. En el lado oeste había una escalera menor, señalando la puesta del sol. Desde lo alto de la Akapana pueden verse el Illimani al este y el lago Titicaca al oeste: como las dos grandes “huacas” o sitios sagrados que eran venerados por los tiahuanacotas. A su vez, la pirámide Akapana tenía el carácter de una montaña sagrada o “huaca”que prefiguraba las montañas como fuente del agua vital, ya que con los deshielos se conseguía el agua necesaria para las cosechas. El patio central, situado en la cúspide de la pirámide, estaba conectado a una serie de canales que desaguaban en las diferentes plataformas. Toda la superficie estaba cubierta con una grava verdosa que daba coloración a toda la pirámide. Al pie de la Akapana se han encontrado restos de sacrificios propiciatorios (algunos de ellos de seres humanos) hechos para la consagración del edificio.
El Kalasasaya es un edificio que tiene una plataforma y un patio interior al que se accede por una gran escalinata orientada a la salida del sol. El interior del patio estaba embaldosado y cuenta con 14 recámaras cuadrangulares dispuestas a los costados, que se supone fueron mausoleos de los señores de Tiahuanaco. Al centro se halla el monolito Ponce de tres metros de altura. En la misma plataforma se encuentra el monolito denominado el Fraile, que es importante por mostrar cangrejos marinos en la cintura; lo que testifica las relaciones de Tiahuanaco con la costa del Pacífico. La plataforma del Kalasasaya queda limitada en el lado este por un gran muro formado por once pilares monumentales.
Actualmente dentro del Kalasasaya está la Puerta del Sol, pieza monolítica que es la más representativa de la cultura Tiahuanaco. Tiene un vano a manera de puerta. El reverso de la “Puerta del Sol” muestra dos nichos grandes a los costados, y nichos menores a la manera de friso en la parte alta, las jambas de la puerta son escalonadas. El anverso se decora con un friso que tiene una figura central con la cabeza radiada y cetros en las manos, sendas cabezas cortadas cuelgan de los codos. Treinta figuras antropomorfas aladas, dispuestas en tres filas, están a ambos lados del personaje principal; en la fila del medio las figuras tienen cabeza de cóndor. Las interpretaciones con referencia a la “Puerta del Sol” son varias sin que los estudiosos se hayan puesto de acuerdo acerca de su significado ni de la identidad del personaje central, sin embargo, la opinión más aceptada es que se trata del dios creador andino cuyo antiguo nombre es Tunupa. Tunupa era el dios de los fenómenos atmosféricos y geotectónicos y estaba relacionado con el fuego; en cierta manera sus características son similares a las del dios del rayo de los aimaras, llamado Illapa. Con el tiempo Tunupa fue sustituido por Viracocha, y supeditado a él. Viracocha era el nombre que los incas daban al dios creador.
Hacia el lado este del Kalasasaya está el edificio llamado Putuni que fue el palacio o residencia de los señores tiahuanacotas, después convertido en necrópolis. Consta de un patio central al que se accedía por una escalinata polícroma situada en el lado este. El patio estaba rodeado de habitaciones.
Junto al Putuni estuvo situado el “Palacio Multicolor”, nombre que recibe debido a las pinturas que cubren muros y pisos, todos ellos pintados con tierra, minerales: rojo-naranja de cinabrio, (mineral de mercurio), verde de malaquita y azul cobalto. Los diseños se han perdido, pero sí quedan parte de los pigmentos.
Algo más retirado está el Kerikala que también tiene un patio central rodeado de habitaciones, pero es de adobe y mucho más sencillo. También en este sector se encuentra la llamada Puerta de la Luna.
En el lado oeste está el conjunto de Kantataita donde hay un bloque tallado en piedra, con la apariencia de una maqueta arquitectónica similar, en su forma, al Kalasasaya.
Las excavaciones hechas por la Universidad de Chicago revelan la existencia de un gran foso que rodeaba todo este conjunto ceremonial separándolo del resto de la ciudad. Dicho foso servía para separar física y psicológicamente la ciudad del centro sagrado y permitía crear una isla artificial que recordaba de la Isla del Sol, donde, según la leyenda, Viracocha creo el Sol. El centro de Tiahuanaco era el símbolo de la cosmogonía andina.

Puma punku

El conjunto de Puma-punku se encuentra a 2 Km. del centro ceremonial descrito; en torno a estos dos puntos determinantes de la ciudad de Tiahuanaco se encontraban las viviendas y los diferentes barrios.
El edificio principal de Puma-punku se sitúa sobre una plataforma en U sustentada sobre muros continuos de piedras finamente pulimentadas. Tiene al centro un patio hundido y, a los costados de la plataforma, dos alas laterales. El edificio interior, descrito por Diego de Ocaña, era de piedra tamo en su piso, formado de grandes piezas monolíticas, como en su muros, ventanas, puertas y techo, este último estaba tallado imitando paja. En la base del edificio hay tres bloques donde se han señalado los sitios para los muros y recámaras. Los bloques están unidos con grampas de bronce de las que aún quedan las huellas. El bloque mayor pesa cerca d 130 toneladas; se estima que se necesitaron más de 1.000 hombres para trasladarlo, lo que había muy claro respecto al régimen social, inevitablemente duro y organizado, que permitía sincronizar la fuerza de tan grande masa humana, buena parte de la cual debió dedicarse a levantar la formidable ciudad. Posiblemente en Puma-punku estaba la Puerta del Sol y allí quedan restos de tres puertas más, mucho más simples en su decoración.
Si bien la Akapana llega a todo su esplendor hacia el año 500 d.C, justamente cuando las lluvia en la región comenzaban a ser más intensas hacia el año 700 d.C. se construye Puma-punku con un sistema de desagües similar al de Akapana; y es entonces que este recinto centraliza el culto.

Otras ciudades tiahuanacotas

Simultáneamente a Tiahuanaco aparecen otras ciudades, como Konko Wankane a 17 Kms. de Jesús de Machaca en el departamento de La Paz. Allí se han iniciado las excavaciones y en su parte visible presenta pilares evidenciando muros. Hay en este conjunto tres monolitos similares a la “Estela Barbado” del Templete Semisubterráneo, los cuales, estilísticamente, están relacionados con la tradición “Yaya-Mama" o Pajano.
Otro conjunto importante es el de Ojje, localidad situada a orillas del lago Titicaca, el cual presenta una plataforma delimitada por muros de contención. Su lado oeste, situado sobre la orilla misma, tiene una serpiente de piedra, enroscada sobre sí misma y trabajada de manera muy realista; dentro del agua del lago hay varias piezas dispersas y, casi a cien metros de distancia, puede verse una gran plataforma lítica, lo que hace pensar que Ojje fue un templo desde donde se regulaban las crecientes del Lago Titicaca.
Finalmente, un conjunto importante es Lukurmata, que tiene un templete de aproximada­mente 27 metros cuadrados en su centro ceremonial, y que se halla rodeado de “suka-kollos”; sin duda es un poblado destinado al control de la producción agraria, muy especialmente al cultivo de la papa.

Periodo expansivo

En el siglo VIII de nuestra era, Tiahuanaco se expande políticamente sobre la base de los enclaves preexistentes, tanto en la costa como en los valles mesotermos; así mismo extiende su poderío sobre el altiplano y la sierra. Esta expansión fue posible gracias al dominio del bronce que le permitió una gran superioridad militar. La expansión se evidencia por la difusión de los símbolos y elementos tiahuanacotas, que aparecen en la cerámica y los textiles de todo el ámbito conquistado. Esta expansión llega hasta el norte de Chile (San Pedro de Atacama) y muestra relaciones con la cultura de la Aguada en la Argentina, deja su huella en los valles de Cochabamba y avanza por el norte hasta la ciudad de Huari, cerca de Ayacucho; allí adquiere modalidades propias. La ciudad de Huari es un gran foco de expansión tiahuanacoide sobre las culturas de la costa del Perú. La ciudad propiamente dicha, con sus grandes murallas de piedra cortada, es diferente a Tiahuanaco, con excepción del sitio de "Cheqo Wasi" cuyas cámaras, realizadas con grandes bloques, recuerdan a la urbe altiplánica. Otro tanto puede decirse de los estratos inferiores con muros de sillar pulimentado de tipo tiahuanacota.
Las modalidades más conocidas de la cerámica Huari son Robles Moko, con motivos tiahuanacoides pero de formas globulares y escultóricas, así como los vasos “Pacheco” con grandes figuras similares a las de la Puerta del Sol.
Después del siglo VIII se establece un gran imperio pan-andino que en el norte, a través de Huari, se expande hacia hasta el Pacífico incidiendo sobre las culturas Moche y Nazca; al sur, es a través de Tiahuanaco que llega hasta Chile y el norte de la Argentina.
En el siglo XII el colapso se había producido el colapso de Tiahuanaco y en la región donde había florecido esta cultura emergen diferentes grupos collas en la forma que hoy conocemos como “señoríos aimaras”.

El Collasuyo

Desaparecido el Imperio Tiahuanaco, la región del altiplano quedó fragmentada en varias etnias que se dividían en dos “mitades” antagónicas y complementarias situadas al oeste y al este del altiplano, llamadas Urcoduyo y Omasuyo. En el sector accidental (Urcusuyo) denominaron los pastores y en el sector oriental (Omasuyo) los agricultores y pescadores.
De norte a sur , en los que hoy es Bolivia y Perú, nos encontramos con los siguientes pueblos aimaras que ocupan las riberas del lago Titicaca: los collas con su doble “cabecera” Hatuncolla y Paucarcolla; luego están los lupacas, en la orilla occidental, con su capital Chucuito; y, al sur del río Desaguadero están los Pacajes con su capital Caquiaviri. Al norte, entre el lago Titicaca y Cuzco, están los canas y los canchis. Vecinos y fuera del área aimara, se encuentran los quiruas, de quienes se sabe muy poco, y los callahuayas que son el paso hacia el antisuyo.

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