domingo, 19 de diciembre de 2010

CONQUISTA Y COLONIAS

II. Conquistas y colonias

La idea de la existencia de tierras al otro lado del océano Atlántico se remonta a la época de Platón, la geografía de Ptolomeo, los viajes de Marco Polo. También desde la antiguedad se sustentaba la idea de la redondez de la tierra.
En el renacimiento, el cosmógrafo Florentino Toscanelli hizo varios cálculos basados en la redondez de la tierra, que influyeron de gran manera en Colón. Según este estudioso el radio de la tierra era inferior al verdadero y la distancia a las islas de Occidente relativamente corta, hecho que animó a Colón en su empresa.

IV. Independencia de Bolivia

Los años difíciles que llevaron a la Audiencia de Charcas a su independencia de España, y su autonomía de los virreinatos del Perú y Rio de Plata dejaron a la nueva república en uns situación política inestable y una economía destruida. Los intereses de buena parte de América del Sur colocaron a Charcas en el centro mismo de un continente totalmente convulsionado.
La lucha se inició con las rebeliones de 1809, luego de las cuales llegaron a Charcas ejércitos provenientes tanto de la Argentina y Perú y de Colombia.

La situación de España en Europa

Durante el reinado de Carlos IV, España y Francia se aliaron, lo que permitió a los franceses penetrar a España a fin de atacar a Portugal, que era aliado de Inglaterra país que estaba dispuesto a frenar el avance de Napoleón sobre Europa.
Las tropas de Bonaparte ingresaron a España y ocuparon Portugal, obligando a los reyes portugueses a salir para el Brasil. En vista de estas circunstancias, España que ya estaba ocupada por los franceses, preparó la resistencia creando Juntas Provinciales de gobierno y una junta central ubicada en Sevilla. Mientras duró la ocupación francesa entre 1808 y 1814 las cortes trataron de conseguir la adhesión de todas las provincias españolas y también de las americanas, con este objeto José Manuel de Goyeneche fue enviado a Charcas como delegado.

La situación de la Audiencia de Charcas

La Audiencia de Charcas, que perteneció al Virreinato del Perú hasta el año 1776 en que se fundó el Virreinato de Buenos Aires, pasó a formar parte de la nueva jurisdicción en su integridad, incluyendo sus cuatro intendencias: La Paz, Potosí, Chuquisaca y Santa Cruz, esta última comprendía parte de Cochabamba, más las gobernaciones de Moxos y Chiquitos las que se erigieron como tales el año 1777, después de la expulsión de los jesuitas. Las gobernaciones de Moxos y Chiquitos dependían de la audiencia de Charcas en lo político y administrativo y de Santa Cruz de la sierra en lo militar.
El 3 de agosto de 1810, en plena guerra de la independencia, la Audiencia de Charcas volvió a la jurisdicción del Virreinato del Perú, siendo virrey José de Abascal. La ya declarada independencia de las provincias del Plata y las necesidades militares de un momento tan conflictivo como aquél fueron las causales inmediatas de esta transferencia, la cual afirmó la unidad y autonomía de Charcas que no se consideró ligada a ninguno de los dos virreinatos, ni al peruano ni al rioplantense.

Levantamiento de Chuquisaca

Desde 1797 la Audiencia de Charcas estaba presidida por el militar Ramón García de León y Pizarro que durante su gobierno estuvo preocupado por los problemas de abastecimiento y las obras municipales. El tribunal de la Audiencia estaba formado por cinco oidores, mismo que desde la creación de las intendencias había perdido poderes y tenía continuas discrepancias con Pizarro, que representaba al virrey, por lo que procuraron limitar su autoridad.
Entre tanto en España se había producido la invasión de Napoleón, la renuncia de Carlos IV en favor de su hijo Fernando VII y, más tarde, en Bayona, Francia, en la entrevista que el monarca español sostuvo con Napoleón y la renuncia al trono en favor del francés. Es entonces que los españoles iniciaron la resistencia, formando una junta de gobierno en Sevilla.
Bajo estas circunstancias llegó a Charcas, como delegado de la junta, José Manuel de Goyeneche con la misión de conseguir apoyo de los virreinatos de Buenos Aires y Lima, antes se dirigió a Rio de Janeiro, donde tomó contacto con Carlota Joaquina, hermana de Fernando VII, que pretendía gobernar sobre las posesiones españolas en América en hombre de este rey. De tal manera que la misión de Goyeneche tenía doble cara, por una parte como emisario de la junta de Sevilla y por otra actuaba como mensajero de Carlota.
A su llegada a Chuquisaca Goyeneche desencadenó las tensiones existentes entre la Audiencia y Pizarro. Mostró a la audiencia las credenciales que le había dado la junta de Sevilla, a lo que los oidores respondieron que debían deliberar antes de dar a conocer su decisión, a lo que Goyeneche amenazó con mandar presos a quines se oposieran. El arzobispop aplacó los ánimos y Goyeneche mostró entonces las cartas de Carlota Joaquina, declarándose heredera del trono de España, cartas que ya conocían el presidente Pizarro y el arzobispo. Después de esto Goyeneche se fue a La Paz.
Los oidores quedaron sorprendidos y es entonces que señalaron que se había creado un partido carlotino formado por Pizarro, Moxó y Goyeneche quienes eran partidarios de una anexión al Brasil y por lo tanto los consideraban "traidores a la nación" en tanto que la audiencia de Charcas permanecía fiel al rey. El objetivo de los "doctores" era independizar estos territorios de España.
Se produjo un total rechazo a los propósitos de Carlota Joaquina y se proclamó como único rey a Fernando VII, además el oidor López Andreu presentó un memorial a la audiencia condenando a Pizarro y Moxó y mostrando su aversión al virrey Liniers. Se formaron dos grupos el presidente y arzobispo y por otro lado la Audiencia más los "doctores" de Charcas que ponían en tela de juicio la ambigua conducta de las autoridades.
Pizarro viendo que la situación era grave, pidió ayuda a Paula Sanz, intendente de Potosí indicando que "todas las señas quieren quitarme el mando y eregirse en junta y desconocer la autoridad del Gobierno Superior".

Levantamiento de La Paz

En un principio los conspiradores paceños declaran como finalidad el defender los derchos de Fernando VII y por medio de ella, a la corte de Portugal exiliada en el Brasil. Las acusaciones se dirigieron contra el obispo de la cidad, Remigio La Santa y Ortega quién procedía de acuerdo con el obispo Moxó y el presidente Pizarro.
La mayor parte de los conspiradores era propietarios de haciendas, entre ellos había varios doctores graduados en Charcas como Mariano Michel, Juan Basilio Catacora, Juan Bautista Sagárnaga y Gregorio García Lanza. Estaba José Antonio Medina que era cura de Sicasica. Y entre los revolucionarios había algunos españoles como Pedro de Indaburo, Saturnino Castro y Sebastian de Figueroa. Todo este grupo reconoció como jefe a Pedro Domingo Murillo.
Murillo tenía como antecedentes el haber actuado durante la sublevación de Tupac Catari, prestando sus servicios al ejército real. Aprovechando la procesión de la Virgen del Carmen que se realizaba el 16 de Julio de 1809, detuvieron al intendente Tadeo Dávila mientras tocaban a rebato desde la catedral y llamaban a cabildo abierto. El levantamiento se realizó al grito de "viva Fernando VII". Mueran los traidores. Pedro Domingo Murillo fue nombrado jefe militar y Pedro Antonio de Indaburo como segundo. El día 17 se obligó a los españoles a presentarse en la plaza mayor y jurar alianza con los criollos y se quemaron los papeles de la real hacienda.
El 24 de julio se conformo la Junta Tuitiva, la que empezó a trabajar junto al cabildo que ejercía las funciones de gobierno en el que Murillo fue nombrado presidente de la Junta que tenía 12 representantes entre otros tres representantes indígenas. Por ese entonces ya circulaban en La Paz, manifiestos o proclamas cuyo texto señalaba: "hasta ahora hemos tolerado una especia de destierro en el seno mismo de nuestra patria".


Fin de la revolución de julio - La Paz

El virrey de Abascal ordenó a Goyeneche, presidente de la Audiencia de Cuzco, organizar tropas para dominar la sublevación de La Paz. El 30 de septiembre se disolvió la Junta Tuitiva y Murillo quedo al mando de la revolución, es entonces que envió emisarios a Goyeneche con el ofrecimiento de rendir la plaza a fin de evitar el derramamiento de sangre en la ciudad. En octubre se llegó a un acuerdo comprometiéndose los revolucionarios a reponer a las autoridades y entregar las armas.
El cura Medina, Castro y Rodriguez, que eran radicales en sus ideas, no estuvieron de acuerdo con la rendición, por lo que Castro y Figueroa huyeron a Chacaltaya. Murillo fue apresado por Indaburo que había quedado como comandante de las tropas rebeldes y que tampoco estaba de acuerdo con la rendición. Castro retorno a La Paz y dio muerte a Indaburo. Entre tanto Murillo fue apresado por Indaburo que había quedado como comandante de las tropas rebeldes y que tampoco estaba de acuerdo con la rendición. Castro retorno a La Paz y dio muerte a Indaburo, pero mantuvo preso a Murillo y se lo llevó con él a los Yungas donde su tropa pensaba resistir.
Los insurrectos al dirigirse a Yungas, encabezados por Castro, trataron de reunirse con Lanza, quien era uno de los últimos sustentadores de la causa patriótica después de los sucesos de julio, pero las tropas realistas los alcanzó y victimó cerca del río Mosetenes, Goyeneche dispuso que la cabeza de Castro sea exhibida en El Alto y la de Lanza en Coroico. Murillo logró escapar hasta Zongo junto con su hija, pero fue traicionado y entregado al ejército realista.
El 25 de octubre de 1809 Goyeneche entró en La Paz e inicio un juicio a los sublevados, En total doce rebeldes fueron condenados a la horca, a los demás se los condenó a prisión y destierro. Las sentencias se ejecutaron pese a que algunos realistas prominentes solicitaron clemencia. Se indica que Murillo antes de morir dijo "La tea que dejo encendida nadie la podrá apagar".
El crecido número de acusados y condenados nos muestra la magnitud del levantamiento que se inicio vivando a Fernando VII y que llegó a ser uno de los más radicales. Los protagonistas pese a las indecisiones propias de las circunstancias por las que atravesaban, a la hora de la muerte mantuvieron una dignidad de héroes.

Levantamientos indígenas en Cochabamba

El 25 de mayo de 1810 en la ciudad de Buenos Aires, después de llamar a cabildo abierto, se destituye al virrey Hidalgo de Cisneros y se crea una junta gubernamental, primando los conceptos de un gobierno autónomo que propiciaba el libre comercio. El potosino Cornelio de Saavedra preside esta junta de la cual formaban parte Juan José Castelli, Manuel Belgrano y Mariano Moreno.
No todo el virreinato estaba involucrado en este nuevo gobierno, tal ocurrió con el Alto Perú donde Vicente Nieto, presidente de la Audiencia, controlaba Chuquisaca, el intendente Paula Sanz controlaba Potosí y Manuel de Goyeneche la zona norte con La Paz y sus alrededores. La junta decidió enviar un ejército, denominado auxiliar, a liberar las provincias altas y, si era posible, llegar hasta Lima.
Todo era producto de un gran fervor revolucionario teñido, en algunos de sus participantes, de un jacobinismo inspirado en la revolución francesa. Así mismo había ideas dispares respecto a qué tipo de gobierno se quería alcanzar; por un lado estaban los monárquicos con Belgrano a la cabeza, quienes aspiraban reinstalar el imperio incaico, idea que fue combatida desde el periódico La Gazeta por Pazos Kanki cuya calidad de indio le daba gran autoridad en la materia. También se pensó en una monarquía de corte europeo y, finalmente, en un sistema republicano.

Levantamientos indígenas en Cochabamba

El 25 de mayo de 1810 en la ciudad de Buenos Aires, después de llamar a cabildo abierto, se destituye al virrey Hidalgo de Cisneros y se crea una junta gubernamental, primando los conceptos de un gobierno autónomo que propiciaba el libre comercio. El potosino Cornelio de Saavedra preside esta junta de la cual formaban parte Juan José Castelli, Manuel Belgrano y Mariano Moreno.
No todo el virreinato estaba involucrado en este nuevo gobierno, tal ocurrió con el Alto Perú donde Vicente Nieto, presidente de la Audiencia, controlaba Chuquisaca, el intendente Paula Sanz controlaba Potosí y Manuel de Goyeneche la zona norte con La Paz y sus alrededores. La junta decidió enviar un ejército, denominado auxiliar, a liberar las provincias altas y, si era posible, llegar hasta Lima.
Todo era producto de un gran fervor revolucionario teñido, en algunos de sus participantes, de un jacobinismo inspirado en la revolución francesa. Así mismo había ideas dispares respecto a qué tipo de gobierno se quería alcanzar; por un lado estaban los monárquicos con Belgrano a la cabeza, quienes aspiraban reinstalar el imperio incaico, idea que fue combatida desde el periódico La Gazeta por Pazos Kanki cuya calidad de indio le daba gran autoridad en la materia. También se pensó en una monarquía de corte europeo y, finalmente, en un sistema republicano.

Levantamiento en Cochabamba y otras ciudades

Antes de la batalla de guaqui, cuando Castelli se aproximaba a Oruro, el cacique del pueblo de Toledo (Oruro) encabeza un levantamiento indígena que había estado latente desde los sucesos de 1780 y el cual fue alentado por Juan Manuel Cáceres que escapó de las muertes ordenadas por Goyeneche después del levantamiento de La Paz. Cáceres había sido secretario de la Junta Tuitiva.
El presidente Nieto pide ayuda a Cochabamba, desde donde envían a Francisco del Ribero, Esteban Arze y Melchor Guzmán, quienes después de ver apaciguado el levantamiento de Oruro, retornan a Cochabamba negando, desde aquel momento, su ayuda al presidente Nieto y a la causa realista. En Cochabamba, el 14 de septiembre de 1810 Ribero proclama la causa de la independencia; se forma una junta de guerra y se llama a cabildo abierto el cual declara su adhesión al gobierno de Buenos Aires.
Santa Cruz también llama a cabildo abierto el 24 de septiembre de 1810 y se forma una junta integrada por el presbítero Salvatierra y el doctor Vicente Seoane. Algo más tarde, Tarija proclama su adhesión a la junta de Buenos Aires. En Oruro se levanta Tomás Barrón que recibe ayuda desde Cochabamba con un ejército comandado por Esteban Arze; Oruro estaba entre Potosí y La Paz, ambos centros ocupados por los realistas, por lo que tenía gran importancia estratégica.

Las Heroínas de la Coronilla

Después de la batalla de Guaqui y de su triunfo en Amiraya Goyeneche se dirigió a Cochabamba, y de allí a Chuquisaca y Potosí, con objeto de detener a los argentinos que ya estaban formando el segundo ejército auxiliar; para ello mandó a Picoaga a la fortaleza de Cotagaita de donde salió para enfrentar a los patriotas, comandados por Díaz Vélez en enero de 1812, venciéndolos nuevamente en Suipacha.
Después de este triunfo Goyeneche pensaba avanzar hasta Salta, pero tuvo que cambiar de planes al saber que Cochabamba se había levantado nuevamente. Su ánimo no era conciliador como la vez primera sino que iba dispuesto a dar un escarmiento a los rebeldes.
Para entonces Esteban Arze había coordinado con los jefes patriotas de Chayanta, Sicasica y Tapacarí, obstaculizando seriamente el movimiento de las tropas realistas. Para esa fecha, 1811, ya había un movimiento guerrillero considerable.
El encuentro entre las tropas de Arze y Goyeneche tuvo lugar en Pocona, en mayo de 1812. Arze fue vencido y Goyeneche avanzó hacia Cochabamba que preparaba la resistencia con muy escasos recursos. Se intentó un pacto con Goyeneche, pero éste pedía que les entregaran a los cabecillas. La ciudad se negó a hacerlo, especialmente las mujeres, y se atrincheraron en la colina de San Sebastián, en el lugar conocido como "la Coronilla". Goyeneche entró en Cochabamba el 27 de mayo, quebrando totalmente la heroica resistencia. Las tropas realistas se dieron al saqueo y los principales jefes revolucionarios fueron ejecutados.

Los movimientos indígenas en La Paz

Las tropas realistas trataban de controlar el altiplano pese a los constantes ataques de los guerrilleros. En 1814 La Paz fue ocupada por tropas independentistas venidas del Cuzco donde se había levantado, proclamando la independencia, el cacique Mateo Pumacahua otrora aliado de los realistas. Su actitud fue de adhesión a los hermanos Ángulo de Cuzco que se rebelaron apoyándose en el elemento indígena; rebelión que según el historiador peruano Vargas Ugarte, tenía mucha similitud con el levantamiento de Túpac Amaru en 1781. Como el movimiento indígena de 1814, pretendía extenderse al Alto Perú se envía un contingente a La Paz, encabezado por Juan Manuel Pinelo y por el cura Ildefonso de Las Muñecas, canónigo de la catedral de Cuzco. Pumacahua, entre tanto, fue a Arequipa junto con Vicente Ángulo pero, perseguido por las tropas realistas, fue apresado y ahorcado en Sicuani el año de 1815.
La figura de este cacique es una de las más controvertidas de la historia andina, muestra las indecisiones y angustias de quienes tuvieron que vivir el paso de la sociedad virreinal a la sociedad republicana.
Pinelo y Muñecas, bajaron con sus tropas por Azángaro y Carabaya donde se les plegaron millares de indios; llegaron a Puno y de allí se dirigieron a La Paz. Era intendente de la ciudad el marqués de Valdehoyos que se preparó para resistir. Los asaltantes tomaron la ciudad y apresaron al intendente. Cuatro días después de la entrada de los cuzqueños explotó el cuartel donde éstos estaban alojados, se culpó del desastre a Valdehoyos y los otros realistas que estaban en la ciudad, y empezó una matanza en la que perecieron José de Santa Cruz y Jorge Ballivián, padres respectivamente de Andrés de Santa Cruz y José Ballivián quienes serían posteriormente presidentes de la república de Bolivia. Para controlar la rebelión vino a La Paz el general Ramírez, entonces Pinelo y Muñecas huyeron a Larecaja. En La Paz algunos revolucionarios resistieron, entre ellos estaban dos mujeres: Vicenta Juaristi de Eguino y Simona Manzaneda. El general Ramírez entró en la ciudad en noviembre de 1814, encarcelando y fusilando a todos los comprometidos con los rebeldes. Fue nombrado intendente de la ciudad Mariano Ricafort.

Juana Azurduy

Juan Manuel Ascencio estuvo acompañado por su esposa Juana Azurduy, la cual dejando su papel de ama de casa dedicada a criar a sus cuatro hijos, abandonó el hogar y se sumó a la lucha por la independencia. Montada a caballo seguía paso a paso la contienda llevando consigo a sus hijos que, por su tierna edad, no pudieron soportar los avatares de la guerra, muriendo antes de que ésta termine. Sólo le quedó la menor, Luisa, quien acompañó a Juana en su larga vejez.
A la muerte de su esposo, Juana Azurduy fue nombrada “Teniente Coronel” por el gobierno argentino, reconociendo sus méritos durante la campaña. Habiéndose nombrado nuevos jefes de la insurrección Juana se retiró a Tarija, y de allí a Salta, donde permaneció hasta 1825. Fundada ya la república retornó a Chuquisaca donde murió pobre y olvidada el año de 1862.

Los Ejércitos Libertadores en el Norte

Fernando VII, después de aceptar la constitución de 1812 la deroga en 1814, iniciando un gobierno absolutista. La situación en el norte del continente sudamericano, por esos mismos años, era difícil.
En Caracas se había constituido la junta suprema conservadora, la cual empezó a actuar en forma autónoma. Esta junta envió como emisarios a Londres a Simón Bolívar y Andrés Bello. Allí Bolívar conoció a Miranda y ambos retornaron a Venezuela en 1810. En 1811 el congreso creado en Caracas con la participación de Miranda, declaró la independencia de Venezuela, naciendo una precaria república pues el general realista Monteverde, después de abatir a los rebeldes, restableció el antiguo régimen. Miranda cayó preso y Bolívar embarcó para Nueva Granada (Colombia), formando parte allí de las tropas revolucionarias.
Después de larga contienda, Monteverde abandona Caracas y Bolívar la ocupa, siendo nombrado presidente de la república. El año de 1816 los realistas se apoderan nuevamente de Venezuela y Bolívar huye a Jamaica, de allí pasa a Haití, retornando poco después a Venezuela con mayor ímpetu. Toma el camino de la Angostura y forma allí un gobierno que él mismo preside, al cual titula “República de Colombia”. El congreso de Caracas se reunió en 1819 y Bolívar inicia sus campañas.
Después de los triunfos en Boyacá (1819) y Carabobo (1821) los Ejércitos Libertadores estaban consolidados en el norte y, es entonces, que Bolívar emprende su gran sueño: la libertad de toda América. Vence la resistencia de Pasto y Popayán (sur de Colombia) y avanza rumbo a Quito, esta vez encomendando las tropas al general José Antonio de Sucre quien vence en Pichincha. Andrés de Santa Cruz participó en esta batalla al lado de los patriotas.
El Virreinato del Perú formado después de 1811 por el territorio comprendido entre Potosí y el norte del Perú, era el único reducto realista y estaba dentro de una tenaza formada por los ejércitos libertadores. El general José de San Martín controlaba el sur y los ejércitos de Bolívar el norte.


Simón Bolívar

Simón Bolívar nació en Caracas el año de 1783. Tuvo por maestro a Simón Rodríguez quien lo inició en la lectura de Rousseau y los enciclopedistas. Hijo de una familia acaudalada realizó sus estudios en España. Pasó a Italia y, acompañado de su maestro, subió al monte Aventino en Roma, jurando allí dar libertad a América. Volvió a su patria, realizando en 1810 un nuevo viaje a Europa acompañado de Andrés Bello, entonces pudo ver el debilitamiento de España a raíz de la invasión napoleónica.
Bolívar tuvo una inteligencia excepcional y una gran clarividencia para prever el futuro de América. En lo personal era un hombre cultivado y seductor. Estuvo casado en su juventud con su prima Teresa de Toro de quien quedó viudo muy joven.
Bolívar, al retornar nuevamente a Venezuela, luchó contra !a dominación española dispuesto a cambiar el sistema imperante en toda América. Después le diversos acontecimientos en la lucha entre las fuerzas patriotas y las realistas, Bolívar entró Triunfante en Caracas el año de 1813, donde fue proclamado “Libertador”. Pero aún le esperaban muchos contratiempos para llamar al congreso de la Angostura a cuya asamblea presentó un proyecto de constitución y propuso la unión de Colombia y Venezuela. Este sería el primer paso, que luego fracasó, en el que se ve la idea del "Libertador" de unir en una gran nación a tocia la América Hispana. Con esta idea Bolívar avanzó hacia el sur con el fin de llegar a Lima que era la sede del virreinato más poderoso de América del Sur. A su paso por Quito conoció a Manuelita Saenz que fue el gran amor de su vida.
Estando en Quito concertó una entrevista con el general San Martín en Guayaquil, después de la cual el general argentino se retiró del escenario de la guerra. Esto hizo que Bolívar encontrase el campo expedito para realizar su gran sueño: la unión americana. En estas circunstancias se inicia el proceso de la creación de Bolivia. El general Sucre comunicó a Bolívar el resultado de la asamblea que tuvo lugar en Chuquisaca, declarando la Audiencia de Charcas un territorio independiente de los dos virreinatos, el del Río de La Plata y el del Perú. Bolívar no vio con buenos ojos esta decisión contraria a la idea de una unión americana; sin embargo, con halagos, los altoperuanos supieron doblegar su ánimo y al fin aceptó la realidad, y al mismo tiempo el cargo de presidente de la nueva república la que llevaría su nombre.
Después de breve estadía en Bolivia donde dejó la “constitución Vitalicia”, Bolívar dejó a Sucre en el gobierno y retornó a Colombia (1827) a la que encontró sumida en una guerra civil a consecuencia de la cual Colombia y Venezuela se separaron (1829). En tanto Perú había abolido la “Constitución Bolivariana” y Bolivia había hecho otro tanto con la “constitución Vitalicia”. La audiencia de Quito, por su parte, se había constituido en república independiente.
Amargado al ver como se derrumbaba su obra renunció al poder en 1830 y se retiró a Santa Marta, allí le comunicaron el asesinato de su gran amigo y colaborador, el mariscal Antonio José de Sucre. Bolívar murió en diciembre de 1830.

Batallas de Junin y Ayacucho

Alejado Bolívar de la caótica situación que se había suscitado en Lima, decidió bajar al sur, al encuentro de La Serna, con un ejército de 8.500 hombres. Las fuerzas realistas llegaron a tener en total 16.000 hombres, pero 3.000 estaban con Valdéz en el Alto Perú y 4.000 estaban con Olañeta quien se había declarado rebelde ese año de 1824. De este modo antes de Junín ambas tropas, realistas y patriotas, estaban equilibradas.
La batalla tuvo lugar el 6 de agosto de ese año, para entonces, Andrés de Santa Cruz formaba parte del Estado Mayor de Bolívar, en tanto que Sucre, Gamarra y Burdett o'Connor comandaban el cuartel general. En el ejército realista estaba como jefe el general José Canterac. Presenció la batalla el general Miller quien en sus “Memorias” relata el desarrollo de la misma que fue favorable a las tropas de Bolívar.
Dos días antes de la batalla de Ayacucho, que tuvo lugar el 9 diciembre de 1824, Bolívar envió una circular a los gobiernos de Colombia, México, Río de la Plata, Guatemala y Chile invitándolos a reunirse en Panamá para conformar una asamblea que, según Bolívar, debía servir de “punto de contacto en los peligros comunes, de fiel intérprete en los tratados públicos cuando ocurran dificultades”. Estuvieron ausentes de este congreso Argentina, Chile y Bolivia, esta última por hallarse todavía en plena guerra de la independencia. Los pactos acordados en esta asamblea no se cumplieron, pero el valor de los documentos de confraternidad entre los americanos sigue intacto.
Canterac, después de la derrota, se dirigió a Cuzco a combinar esfuerzos con el virrey La Serna. El total de las tropas realistas intentó cerrar el paso a Sucre que avanzaba hacia el sur, pero esto no fue posible pues Sucre se posesionó de la pampa de quinua frente a la ciudad de Ayacucho. Comandaban las fuerza; patriotas, junto a Sucre, el general La Mar, Gamarra, O'Connor y Miller, pero no estuvo presente en esta batalla el general Santa Cruz que expresamente había sido destinado a un cargo administrativo. Las tropas realistas fueron comandadas por La Serna, Carratalá y Canterac.

La victoria favoreció a las tropas patriotas y se firmó la Capitulación de Ayacucho que fue generosa para con los vencidos quienes pudieron retornar a España sin sufrir ninguna clase de represalias.
Consumadas las batallas de Junín y Ayacucho el general Olañeta mantenía su actitud, y es entonces que envía a su sobrino Casimiro a la costa para conseguir armas, éste desvía su camino y se dirige al Desaguadero a dar encuentro al mariscal Sucre. Era enero de 1825. En abril de ese año muere Pedro Antonio de Olañeta en Tumusla, víctima del motín del regimiento de chicheños que estaba comandado por Carlos Medinaceli. Este hecho facilitó la penetración de las tropas colombianas a todo el Alto Perú que se posesionaron del territorio sin disparar un solo tiro.


Sucre en el Alto Perú

Casimiro Olañeta llegó al Desaguadero el 3 de febrero de 1825 donde ya estaba el mariscal Antonio José de Sucre, procedente de Cuzco. Ambos cabalgaron lado a lado rumbo a la ciudad de La Paz donde, el 9 de febrero, se promulgó el decreto en el que se basó la independencia de Bolivia. La parte considerativa del decreto dice:
Que al pasar el Desaguadero el Ejército Libertador ha tenido el solo objeto de redimir las provincias del Alto Perú de la opresión española y dejarla en posesión de sus derechos.
Que no corresponde al Ejército Libertador intervenir en los negocios domésticos de estos pueblos. Que es necesario que estas provincias dependan de un gobierno que provea a su conservación, puesto que el ejército ni quiere ni puede abandonarlas a la anarquía y al desorden.
Que el antiguo Virreinato de Buenos Aires, a quien ellas pertenecían al tiempo de la revolución de América, carece de un gobierno general que represente, completa, legal y legítimamente la autoridad de todas las provincias, y que no hay, por consiguiente, con quien entenderse para el arreglo de ellas. Que, por tanto, ese arreglo debe ser el resultado de la deliberación de las mismas provincias, y de un convenio entre los Congresos de Perú y el que se forme en el Río de la Plata.
El decreto llama a una asamblea deliberante para que las provincias del Alto Perú decidan su suerte y se establece que se nombre un diputado por cada provincia. Se señala el 10 de abril para una reunión en la ciudad de Oruro. La fecha fue pospuesta y la asamblea tuvo lugar en Chuquisaca.
Se sabe que Sucre había enviado desde Puno un borrador del decreto a Simón Bolívar quien lo recibió con desagrado, pues el propiciar la autonomía del Alto Perú era un duro golpe para su proyecto Pan - Americano. En realidad, el genio propio del Libertador veía el porvenir de América en la unión de lo que fueron las antiguas colonias españolas, en tanto que Sucre tenía una visión más apegada a la realidad y adecuada a las circunstancias políticas que se vivían en ese momento. A través de Olañeta, el mariscal de Ayacucho vio muy claro el deseo de autonomía de los altoperuanos, aspiración muy antigua, pues siempre fueron renuentes a sujetarse tanto a Lima como a Buenos Aires.
Sucre, como colombiano que era, no veía con buenos ojos el engrandecimiento del Perú, país con el que Colombia empezaba a tener grandes dificultades. La autonomía de la audiencia de Charcas era, sin duda, una carta a favor de Colombia. En esta autonomía coincidió con Casimiro Olañeta, aunque por razones muy diferentes, pues Olañeta pensaba en una nación no sujeta a los intereses foráneos como había ocurrido hasta ese momento. El historiador J. L. Roca, que estudia cuidadosamente la actitud del procer boliviano, nos dice. “Charcas pugnaba por liberarse del triple dominio español, peruano y bonaerense el cual ponía trabas a las aspiraciones de burócratas, terratenientes, militares y comerciantes locales. La preocupación de Olañeta en su condición de jefe natural de esas clases criollas en ascenso, consistía en resolver lo que hoy llamaríamos la cuestión nacional.
Un problema muy debatido es si Olañeta tuvo que ver con el decreto del 9 de febrero; sabemos que lo fundamental del texto ya estaba redactado y enviado a Bolívar antes del 3 de febrero, sin embargo, la emisión del citado decreto y su redacción final se hizo cuando Sucre y Olañeta estaban juntos. Ambos tenían interés en que se reúna la asamblea de los representantes altoperuanos que obrarían “por cuenta propia”, aunque sus decisiones quedaban sujetas a la aprobación tanto de Buenos Aires como de Lima.
Que Sucre tomó consejo de Olañeta en aquella ocasión es evidente pues el 4 de febrero, al día siguiente de la llegada de Olañeta, Sucre escribe a Bolívar desde Ilabe en los siguientes términos: “Me ha dicho el doctor Olañeta que él cree no sólo difícil sino imposible reunir las provincias Altas a Buenos Aires: que hay una enemistad irreconciliable, o que se quedan independientes o agregadas al Perú; porque el voto de los hombres de juicio está por pertenecer al Perú en cuyo caso quieren la capital en Cuzco, o más cerca de ellos”. Es posible que Olañeta al dar esta información pensara en Santa Cruz cuya idea de anexión al Perú es bien conocida, asimismo tendría en cuenta que en ese momento Bolívar gobernaba en el país vecino, razón por la que no menciona una posible separación del Perú, aunque personalmente Olañeta deseaba la autonomía, cosa que demuestra a través de toda su vida.

Creación de la República de Bolivia (Asamblea Constituyente)

De acuerdo a lo establecido por Sucre se eligieron los representantes para la asamblea que tuvo lugar en Chuquisaca al 10 de julio de 1825; ésta fue presidida por el chuquisaqueño José Mariano Serrano que se había destacado en el congreso de Tucumán de 1816. El presbítero José María Mendizábal, natural de Jujuy, fue elegido vicepresidente. Entre los asistentes sólo estaban dos veteranos de la lucha por la independencia: José Miguel Lanza y José Ballivián, lo que muestra que en los 16 años de contienda muchas cosas habían cambiado, en su mayoría los grandes idealistas habían muerto y el control político estaba ahora en manos de hombres de letras, muchos de ellos formados aún en el antiguo régimen. Andrés de Santa Cruz fue elegido diputado por La Paz pero declinó la nominación. Entre los participantes cabe destacar a Casimiro Olañeta y Manuel María Urcullu, éste último fue encargado de redactar las actas. Después del discurso inaugural de Serrano y un mensaje del general Sucre, el cual fue leído, habló Olañeta como el mejor y más convincente orador de su tiempo, él expuso la idea de que era imposible pensar en la unión a las provincias del Río de la Plata. Pidió luego la palabra Gutiérrez, diputado por La Paz, sosteniendo que lo que fue la Audiencia de Charcas debía mantenerse unida al Perú. Esta opinión fue refutada por Moscoso y apoyada, sesiones más adelante, por Olañeta y Serrano que defendieron calurosamente la idea de la independencia total. La discusión terminó el 28 de julio y en agosto se votó por tres opciones:
¿Se unirían las provincias del Alto Perú a la Argentina o se declaraban separadas, por ser esto más conveniente a sus intereses y felicidad?
¿El Alto Perú quedará unido con la República del Bajo Perú, o también se declarará separado?
¿Los departamentos del Alto Perú se erigirán en Estado soberano e independiente de todas las naciones, tanto del Viejo como del nuevo Mundo?
Prevaleció el sentimiento mayoritario por la auto­nomía, pues la primera proposición no tuvo ningún voto a su favor, la segunda sólo dos y la tercera fue aprobada por la asamblea en pleno.
Se formó una comisión para redactar la “Declaración de Independencia” formada por siete miembros entre los que estaban Serrano, Olañeta, Urcullu y Mendizábal. Los 48 representantes firmaron en forma unánime el texto, una de cuyas partes dice: “Las provincias del Alto Perú firmes y unánimes en tan justa y magnánima resolución, protestan ante la faz de la tierra entera que su voluntad irrevocable es gobernarse por sí mismas y ser regidas por la constitución, leyes y autoridades que ellas propias se diesen y creyesen más conducentes a su futura felicidad”. El acta se firmó el 6 de agosto de 1825, en conmemoración de la batalla de Junín.

La creación de Bolivia fue el producto de 16 años de lucha la cual permitió, a los nativos y residentes de la audiencia de Charcas, ver como la situación estratégica de su territorio y su gran riqueza eran fundamentales para quienes deseaban construir una América Nueva. Pasada la avalancha de españoles, argentinos, peruanos y más tarde colombianos, los habitantes de estas tierras recogieron los despojos de la guerra, y así se dispusieron a construir su propia patria

historia de los viscachanis

Periodo prehispánico
El periodo prehispánico abarca un lapso que va desde la llegada del hombre a nuestro continente hasta el descubrimiento de América por los europeos. Este periodo tuvo en lento desarrollo que se inició con los primeros recolectores y cazadores hasta la formación de asentamientos estables debido a la práctica de la agricultura que obliga a esperar en un mismo sitio el producto de la cosecha. Estas sociedades incipientes se agrupan en aldeas formadas por viviendas muy simples, convirtiéndose con el tiempo en centros ceremoniales que responden a una ideología, la que se expresa mediante diversas manifestaciones religiosas. Es característico de estos grupos humanos el cuidado que ponen en los enterramientos a causa de su creencia en la otra vida. Por ello se conservan los cuerpos mediante procesos de momificación. Finalmente, se forman grandes y poderosos estados gracias a una organización eficiente, al uso de una tecnología avanzada y a la distribución del trabajo, lo que permite tener un excedente que se utiliza al servicio de la comunidad. Se construyen templos, palacios y caminos, y se conforman las primeras ciudades. Existe un arte desarrollado que se manifiesta principalmente mediante la cerámica y la textilería.

El hombre americano

La antiguedad del hombre en América se estima en más de 40.000 años. Los pueblos más tempranos son recolectores y cazadores. Estos grupos humanos siguen una trayectoria que partiendo de Alaska llega a la Patagonia. Hacia los 20.000 años de antiguedad aparecen las industrias líticas consistentes en puntas de proyectil desbastadas por percusión; entres las más antiguas industrias de la cueva de Sandía que se relacionan con los grandes animales de fines del Cuaternario.

Periodo prehispánico en Bolivia

El período prehispánico en Bolivia se da en dos zonas la altiplanicie situada en la región de la cordillera y las tierras bajas.
El sector de la altiplanicie abarca el occidente de Bolivia, y se halla relacionado con las culturas de la sierra en el Perú, las costas y más al norte de Chile. Existe una secuencia que culmina con la aparición de Tihuanaco, la formación de los señoríos aymaras y la dominación incaica. Las tierras bajas tienen un desarrollo diferente, los pueblos de oriente contactan con los incas a raíz de una invasión guaraní a territorio incaico.

CultAndinaura

En el segundo milenio antes de Cristo, después de la revolución agraria y la aparición de la cerámica, que corresponde al final del periodo arcaico, aparecen las primeras aldeas y empiezan a definirse las altas culturas. A este periodo se lo denomina formativo.
El área donde se encuentran los actuales países de Ecuador, Perú y Bolivia, tiene dos zonas geográficas bien determinadas la costa y la sierra. Esta última a partir del nudo de Vilcanota, donde la cordillera se divide en Oriental y Occidental, abarca el Altiplano cuya altura media sobre el nivel del mar es de 3.800 mts.; en esta parte se sitúa el complejo lacustre Titicaca-Desaguadero-Poopó. Más allá de la cordillera y la sierra están los valles mesotermos y el trópico con los que las altas culturas altiplánicas y de la sierra mantenían contactos temporales.
Las culturas andinas de la costa tienen una arquitectura en base al adobe y una economomía sutentada en las pesca y el maíz. Las de la sierra y altiplano presentan arquitectura preferentemente de piedra y una economía en base a la papa y los camélidos. Uno de los complejos más antiguos, situado en la sierra norte del Perú, es el Kotosh con su famoso templo de las Manos Cortadas. Cerca del primer mileio aparece Chavín de Huantar, cuyo centro ceremonial tiene pirámides atravesadas por galerías internas, cabezas clavadas en los muros y patios hundidos.
En la zona del Cuzco, cerca del asentamiento Huari de Pikillajta, aparecen los Incas, fundadores del Cuzco, quienes entre los siglos XIII y XIV inician su expansión estableciendo un imperio pan-andino, tal como en su momento lo hizo Tihuanaco, que logró ponerse en todo los Andes.

Wankarani

La cultura Wankarani se desarrolló en los actuales departamentos de La Paz y Oruro, al norte y noreste del Lago Poopó. Creció en base a asentamientos aldeanos, conoció la manufactura de cerámica y la escultura en piedra.
La antiguedad de esta cultura se remonta al año 1.200 antes de nuestra era y pervive hasta el siglo segundo después de Cristo. Establecida en una región de puna donde las condiciones de vida son sumamente duras no llegó a desarrollarse plenamente, manteniendo su estado de tipo aldeano hasta sucumbir al influjo de la expansión tiahuanacota. Los hombres de la cultura Wankarani practicaron la agricultura y su economía se basjó en el pastoreo de camélidos de donde sacaban la lana para su vestimenta. Llevaban caravanas de llamas a través del altiplano, probablemente conectando las tieras altas con las costas del pacífico. Conocían la fundición del cobre por medio de huairas que son hornos de barro que funcionan con el viento y que se colocaban en lugares propicios. Usaban hojas de cuarcita y heliobasalto procedentes de las canteras de Querimita en sus instrumentos de labranza. La cultura Wankarani cuenta con 17 sitios entre los que sobresalen Pucara de Belén, Upsa-Upsa, Kella-Llollu y Wankarani propiamente dicho. Llegaron a tener algunas aldeas sobre las escribaciones del valle cochabambino.
Esta cultura se desarrolla durante el período Formativo y es anterior a la aparición de las altas culturas, como Tihuanaco. Sus aldeas están situadas sobre montículos algunos de los cuales son muy extensos, como el Upsa-Upsa que tiene 150 mts de longitud por 150 mts de ancho. Las casas son de adobe y de planta circular con un diámetro máximo de seis metros; posiblemente se cubrían de paja. Estas viviendas se hallaban muy próximas unas de otras en un asentamiento sumamente denso; la aldea se rodeaba de una muralla, como puede verse en Kella-Kollu, cuyo perímetro tiene cimiento de piedra. No hay diferenciación en las viviendas lo que hace suponer que estamos en una sociedad igualitaria, previa a la división de clases y a la concepción especializada del trabajo.
No hay restos de construcciones correspondientes a centros religiosos, ni templos; tan solo se han encontrado cabezas de camélidos, especialmente llamas, tallados en piedra con un largo cuello espigado. No están asociados a ninguna pared por los que se supone que se clavaban enel suelo. Posiblemente responden a una concepción religiosa y ceremonial. La cerámica carece de pintura; son especialmente significativas las figurillas humanas modeladas.


Chiripa

La cultura Chiripa se ubica en el departamento de La Paz, en la península de Taraco sobre el lago Titicaca. Se trata de un montículo artificial de 60 por 50 metros de superficie, aproximadamente, y de seis metros de altura, sobre el cual se encuentran varias habitaciones de planta rectangular dispuestas en semicírculos en torno a un templete semisubterraneo. Se debe señalar que las habitaciones tienen paredes dobles, usándose este espacio para almacenamiento y para proteger el interior de los cambios climáticos. Las puertas de ingreso son corredizas, penetrando la hoja en una ranura de la pared. Los muros son de adobe los cuales se solían pintar, el piso de tierra apisonada, bajo los cuales se realizaron algunos enterramientos y usaron la paja para techar. Este tipo de habitación con paredes dobles es único en el ámbito andino. El templete semisubterráneo central tienen los parámetros de grandes lajas de piedra y es similar al Templete semisubterráneo de Tihuanaco. Existen patios semisubterráneos, además de Tihuanaco y Chiripa, en Pucara. La escultura de la cultura Chiripa muestra piezas líticas decoradas con serpientes y batracios. Existe una lápida con un rostro humano central del que emergen dos piernas y cuatro rayos con punta de flecha. Serpientes y llamas dispuestas dos a dos, decoran los costados alternando con los apéndices de la figura central. La escultura de Chiripa se halla relacionada con monolitos decorados en sus cuatro caras; en la anterior y la posterior se representan seres humanizados uno masculino y otro femenino a cuyos pies hay determinadas plantas y en los costados serpientes. Al parecer se trata de ídolos relacionados con la lluvia y presentan la dualidad propia del ámbito andino. Este tipo de esculturas representan una tracición religiosa característica de los poblados situados a orillas del lago Titicaca. En cuanto a su industria los chiripas fundían el cobre. Para este objeto utilizaron sopladores a manera de tubos modelados en cerámica; estas piezas se decoran con cabecitas, unas veces humanas y otras zoomorfas. En general la cerámica Chiripa es sencilla, el elemento más característico es un recipiente de fondo plano, de color ocre claro pintado en rojo con motivos escalonados, muchas veces estas piezas presentan también cabecitas modeladas y adheridas. Chiripa es una cultura lacustre que dominaba la agricultura. Se ubico en el siglo XIV antes de Cristo y dura hasta los primeros años de nuestra era. En un momento es coetánea a Tihuanaco.
 

Tihuanaco

Tiahuanaco: bases productivas y tecnología
Esta cultura, para su mejor comprensión, ha sido dividida en tres grandes épocas de acuerdo a su desarrollo histórico y social: se denominan Período Aldeano, Período Urbano y Período Expansivo. El primer período, contemporáneo a Wankarani y Chiripa, se inicia después del año mil a. C, con los primeros asentamientos humanos en el sitio de Tiahuanaco y dura hasta poco antes de nuestra era. Entre los siglos II y I a.C. se desarrolla en la zona occidental del lago Titicaca la cultura Pucará (Perú). A comienzos de nuestra era nace en Tiahuanaco un gran centro religioso en el cual existe una población estratificada en clases sociales. En este período, que podemos llamar urbano, empieza a definirse la formación de un estado que trasciende los límites de la ciudad. La producción agrícola tiene excedentes que sirven para sostener a la aristocracia dominante: a los sacerdotes y a los guerreros. Aparecen artesanos especializados tanto en cerámica como en metalurgia. En este período nacen otras ciudades y centros como Ojje, a orillas del lago Titicaca, Konko - Wankani, cerca del actual pueblo de Jesús de Machaca, y Lucurmata cercana a las tierras que se cultivan por medio de “camellone” o zanjas transversales que permiten retener el agua de las lluvias para asegurar el cultivo en tiempo seco, también se crearon pequeñas lagunas artificiales. Los “camellones” reciben el nombre aimara de suka - kollus. Su subsistencia se basaba en el pastoreo y el cultivo de la patata la cual una vez deshidratada podía conservarse por largo tiempo, para la obtención de diversos productos se establecieron enclaves en los valles subtropicales y con la costa donde existían centros tan importantes como San Pedro de Atacama. La domesticación de la llama les permitió crear caravanas que posibilitaron el transporte de los diferentes productos. Finalmente los tiahuanacotas explotan diferentes metales y mediante la amalgamación del cobre con el estaño obtienen el bronce logrando así una superioridad técnica sobre los otros pueblos que aun no lo conocían.
El período urbano dura hasta el siglo séptimo de nuestra era. Para esta fecha se había iniciado la expansión del estado tiahuanacota que tuvo diversas modalidades, según se realizara en zonas con una cultura propia, muy desarrollada, o en zonas de poca tradición cultural. En el primer caso, como aconteció en la sierra central y en la costa del Perú, se produce un mestizaje cultural que une las características tiahuanacotas a las locales ya existentes; además, hay localidades estrechamente relacionadas con Tiahuanaco, como Huari, cerca de Ayacucho, ciudad que llegó a ser uno de los centros más poderosos de la expansión tiahuanacoide. Sobre Huari actuaron tanto Tiahuanaco como las influencias costeñas de Nazca; así la difusión tiahuanacoide sobre el área andina se realizó desde dos puntos: Huari al norte, que se expandió sobre las culturas de la costa desde Moche hasta Nazca; y al sur Tiahuanaco que se expandió hasta Cochabamba, llegó a Moquegua y el desierto de Atacama.
En el siglo XIII el colapso de Tiahuanaco fue inevitable y esta cultura desaparece dejando en la región una serie de grupos humanos, muchas veces en pugna entre sí, los que se con el nombre de los “Señoríos Collas”; están formalmente caracterizados por sus enterramientos en forma de chullpas y sus pucaras

Población y lengua

Respecto a la población, los cálculos más modernos dan para ciudad de Tiahuanaco unos cuarenta mil habitantes, suma muy alta para los cánones de la época. Era una sociedad multiétnica pues junto a la población pukina, que era la dominante, estaban los urus quienes habitaban alrededor de los lagos y ríos, y población de origen aimara, estos últimos, así como los choquelas, se dedicaban al pastoreo. Además, el control de los pisos ecológicos permitía un intercambio, no solo de productos sino de culturas entre las poblaciones del valle y las tierras calientes con Tiahuanaco; así parece evidenciarse en la cerámica encontrada en la isla de Pariti donde están representados diferentes grupos étnicos.
Los idiomas utilizados eran el pukina, casi extinto en el siglo XVI y del que solo queda el vocabulario recogido por el Franciscano Jerónimo Oré; el huruquilla, hablado por los uru-chipayas y el jaqe o proto-aimara.

Período aldeano

En este período el sitio de Tiahuanaco estaba ocupado por una pequeña aldea con casas rectangulares techadas a dos aguas a las que se adosaba un recinto circular, posiblemente destinado a la cocina. Los cimientos eran de piedra y los muros de adobe; pequeñas calzadas unían las viviendas. No se han encontrado vestigios de arquitectura religiosa o monumental. Tampoco hay indicios de que existieran clases sociales. Los enterramientos se realizaban directamente en cistas de piedra. Los cuerpos hallados indican que se practicaba la deformación craneana. Su economía se basaba en el cultivo de la papa, que para su almacenaje era deshidratada en la forma que hoy se conoce como chuño. Así mismo se cultivaba la oca. Uno de los elementos decisivos fue la domesticación de la llama lo que permitió el pastoreo; se formaban caravanas que sirvieron para el intercambio de productos. La lana fue necesaria para la textilería y su carne servía de alimento. Mantenían un comercio suplementario a través del intercambio de flechas de obsidiana tan características de la cultura Wankarani. Se traía la sodalita para la manufactura de cuentas que se utilizaban como ornamento; también se traía heliobasalto de las canteras de Querimita. Se conocía el cinabrio, cuyo color rojo era utilizado en los enterramientos. Se trabajaba el cobre incluyendo el vaciado. Así mismo se trabajaba el oro y la plata.
En el período aldeano hay dos tipos de cerámica, uno de ellos que tiene similitud con la cerámica Pucará es incisa y pintada de color marrón, rojo y blanco sobre fondo castaño claro. Son notables las vasijas globulares decoradas con esta técnica, algunas presentan un felino c m el cuerpo de perfil y el rostro humanoide de frente. Otras vasijas tienen forma de aves. El segundo tipo carece de pintura y algunas de sus piezas están modeladas en forma de figura humana.

La transición

Al período aldeano sigue un período de transición que muestra ciertas concomitancias formales con la cultura Pucará que se desarrolla al noroeste del lago Titicaca a partir del siglo II a.C. A esta época pertenecen las dos estatuas de Pocotia que se caracterizan por su realismo; son estelas antropomorfas sedentes que tienen las costillas vistas. Existen otras dos estelas del mismo estilo, también sedentes, que se encuentran a la entrada de la iglesia de Tiahuanaco.
Finalmente, también correspondería a este período de transición la llamada “Piedra del Rayo” que fue llevada a Tiahuanaco desde Arapa, localidad situada en el noroeste del lago Titicaca. La "Piedra del Rayo" está decorada con volutas y batracios y tiene relación estilística con algunas estelas de Pucará. Parece que fue un trofeo de guerra, pues la base se conserva en Arapa. Posiblemente se llevó a Tiahuanaco cuando esta cultura estaba en su apogeo.

La ciudad sagrada

En el siglo segundo de nuestra era Tiahuanaco dejó de ser la aldea concentrada de los primeros tiempos para convertirse en la gran urbe ceremonial que tiene dos centros dominantes: el conjunto de Akapana con 13S edificios que la rodean y el de Puma - punku situado al sudoeste de la Akapana. Ambos muestran la estructura doble la ciudad de Tiahuanaco, que evidencian la división propia de la sociedad andina, división que pervive hasta la llegada de los españoles y después. Todas las ciudades andinas, incluyendo el Cuzco, se dividen en dos: Anan (los de arriba) y Urin (los de abajo).
El centro que se halla situado en torno a la Akapana comprende los siguientes edificios: el templete Semisubterráneo, la pirámide Akapana, Kalasasaya, Kantataita, Putuni y Keri-kala.
El Templete Semisubterráneo es el edificio más temprano pues pertenece a la época III; se halla formado por un patio hundido de forma rectangular delimitado por cuatro muros de contención en los que se han empotrado cabezas clavas que muestran diferentes estilos escultóricos; se supone que representan a los distintos pueblos que estaban sujetos a Tiahuanaco como sociedad multiétnica que era. Al Templete Semisubterráneo se accede por una escalinata situada en el muro sur. Esta edificación tiene similitud con los patios hundidos de Chiripa y Pucará aunque la inclusión de cabezas clavas determina una notable diferencia. Como antecedente a este tipo de decoración podemos señalar las cabezas clavas de Chavín de Huantar (Perú), cultura anterior a Tiahuanaco. En todo caso las cabezas clavas así como los patios hundidos y las estructuras pirámidales, son características de la arquitectura anterior a los “señoríos aimaras”.
En el interior del Templete se encontró la llamada “estela barbada” que es antropomorfa: ostenta nariguera en el rostro y tiene los brazos colocados sobre el pecho y vientre; en la parte baja hay dos pumas y a los costado serpientes ascendentes. Está relacionada con una serie de estelas que están en torno al lago Titicaca y que se conocen como estilo “Pajanu” o como “la tradición yaya-mama, nombres de derivan del carácter bifronte de estas esculturas. Entre las estelas de este tipo son conocidas la de Santiago de Huata, en Bolivia, y la de Taraco, en el Perú. Estas esculturas tienen dos rostros y a los costados serpientes. Son algo anteriores a la época III de Tiahuanaco. Según indica el extirpador José de Arriaga, quien vio una de estas esculturas en el siglo XVII, se las adoraba pidiéndoles lluvia para las sementeras.
También se encontró dentro del Templete Semisubterráneo el “monolito Bennett” (nombre del descubridor) que es una representación humana de más de siete mts. de altura; figura que tiene las manos sobre el pecho y sostiene un vaso “kero” en una de ellas. En el cuerpo están tallados símbolos del desarrollo agrario, plantas alucinógenas y camélidos.
Akapana es una pirámide hecha a mano, tiene 140m. de este a oeste y 180m. de norte a sur, con una altura de 15m. Está orientada a los puntos cardinales y su planta asume una forma escalonada con un patio hundido en su interior. Sobre el lado oriental estaba la escalera principal. La pirámide está formada por siete plataformas sucesivas delimitadas por muros de contención los cuales se componen de pilares asentados por su peso y trabados lateralmente entre los que se levanta una pared de sillar. En el lado oeste había una escalera menor, señalando la puesta del sol. Desde lo alto de la Akapana pueden verse el Illimani al este y el lago Titicaca al oeste: como las dos grandes “huacas” o sitios sagrados que eran venerados por los tiahuanacotas. A su vez, la pirámide Akapana tenía el carácter de una montaña sagrada o “huaca”que prefiguraba las montañas como fuente del agua vital, ya que con los deshielos se conseguía el agua necesaria para las cosechas. El patio central, situado en la cúspide de la pirámide, estaba conectado a una serie de canales que desaguaban en las diferentes plataformas. Toda la superficie estaba cubierta con una grava verdosa que daba coloración a toda la pirámide. Al pie de la Akapana se han encontrado restos de sacrificios propiciatorios (algunos de ellos de seres humanos) hechos para la consagración del edificio.
El Kalasasaya es un edificio que tiene una plataforma y un patio interior al que se accede por una gran escalinata orientada a la salida del sol. El interior del patio estaba embaldosado y cuenta con 14 recámaras cuadrangulares dispuestas a los costados, que se supone fueron mausoleos de los señores de Tiahuanaco. Al centro se halla el monolito Ponce de tres metros de altura. En la misma plataforma se encuentra el monolito denominado el Fraile, que es importante por mostrar cangrejos marinos en la cintura; lo que testifica las relaciones de Tiahuanaco con la costa del Pacífico. La plataforma del Kalasasaya queda limitada en el lado este por un gran muro formado por once pilares monumentales.
Actualmente dentro del Kalasasaya está la Puerta del Sol, pieza monolítica que es la más representativa de la cultura Tiahuanaco. Tiene un vano a manera de puerta. El reverso de la “Puerta del Sol” muestra dos nichos grandes a los costados, y nichos menores a la manera de friso en la parte alta, las jambas de la puerta son escalonadas. El anverso se decora con un friso que tiene una figura central con la cabeza radiada y cetros en las manos, sendas cabezas cortadas cuelgan de los codos. Treinta figuras antropomorfas aladas, dispuestas en tres filas, están a ambos lados del personaje principal; en la fila del medio las figuras tienen cabeza de cóndor. Las interpretaciones con referencia a la “Puerta del Sol” son varias sin que los estudiosos se hayan puesto de acuerdo acerca de su significado ni de la identidad del personaje central, sin embargo, la opinión más aceptada es que se trata del dios creador andino cuyo antiguo nombre es Tunupa. Tunupa era el dios de los fenómenos atmosféricos y geotectónicos y estaba relacionado con el fuego; en cierta manera sus características son similares a las del dios del rayo de los aimaras, llamado Illapa. Con el tiempo Tunupa fue sustituido por Viracocha, y supeditado a él. Viracocha era el nombre que los incas daban al dios creador.
Hacia el lado este del Kalasasaya está el edificio llamado Putuni que fue el palacio o residencia de los señores tiahuanacotas, después convertido en necrópolis. Consta de un patio central al que se accedía por una escalinata polícroma situada en el lado este. El patio estaba rodeado de habitaciones.
Junto al Putuni estuvo situado el “Palacio Multicolor”, nombre que recibe debido a las pinturas que cubren muros y pisos, todos ellos pintados con tierra, minerales: rojo-naranja de cinabrio, (mineral de mercurio), verde de malaquita y azul cobalto. Los diseños se han perdido, pero sí quedan parte de los pigmentos.
Algo más retirado está el Kerikala que también tiene un patio central rodeado de habitaciones, pero es de adobe y mucho más sencillo. También en este sector se encuentra la llamada Puerta de la Luna.
En el lado oeste está el conjunto de Kantataita donde hay un bloque tallado en piedra, con la apariencia de una maqueta arquitectónica similar, en su forma, al Kalasasaya.
Las excavaciones hechas por la Universidad de Chicago revelan la existencia de un gran foso que rodeaba todo este conjunto ceremonial separándolo del resto de la ciudad. Dicho foso servía para separar física y psicológicamente la ciudad del centro sagrado y permitía crear una isla artificial que recordaba de la Isla del Sol, donde, según la leyenda, Viracocha creo el Sol. El centro de Tiahuanaco era el símbolo de la cosmogonía andina.

Puma punku

El conjunto de Puma-punku se encuentra a 2 Km. del centro ceremonial descrito; en torno a estos dos puntos determinantes de la ciudad de Tiahuanaco se encontraban las viviendas y los diferentes barrios.
El edificio principal de Puma-punku se sitúa sobre una plataforma en U sustentada sobre muros continuos de piedras finamente pulimentadas. Tiene al centro un patio hundido y, a los costados de la plataforma, dos alas laterales. El edificio interior, descrito por Diego de Ocaña, era de piedra tamo en su piso, formado de grandes piezas monolíticas, como en su muros, ventanas, puertas y techo, este último estaba tallado imitando paja. En la base del edificio hay tres bloques donde se han señalado los sitios para los muros y recámaras. Los bloques están unidos con grampas de bronce de las que aún quedan las huellas. El bloque mayor pesa cerca d 130 toneladas; se estima que se necesitaron más de 1.000 hombres para trasladarlo, lo que había muy claro respecto al régimen social, inevitablemente duro y organizado, que permitía sincronizar la fuerza de tan grande masa humana, buena parte de la cual debió dedicarse a levantar la formidable ciudad. Posiblemente en Puma-punku estaba la Puerta del Sol y allí quedan restos de tres puertas más, mucho más simples en su decoración.
Si bien la Akapana llega a todo su esplendor hacia el año 500 d.C, justamente cuando las lluvia en la región comenzaban a ser más intensas hacia el año 700 d.C. se construye Puma-punku con un sistema de desagües similar al de Akapana; y es entonces que este recinto centraliza el culto.

Otras ciudades tiahuanacotas

Simultáneamente a Tiahuanaco aparecen otras ciudades, como Konko Wankane a 17 Kms. de Jesús de Machaca en el departamento de La Paz. Allí se han iniciado las excavaciones y en su parte visible presenta pilares evidenciando muros. Hay en este conjunto tres monolitos similares a la “Estela Barbado” del Templete Semisubterráneo, los cuales, estilísticamente, están relacionados con la tradición “Yaya-Mama" o Pajano.
Otro conjunto importante es el de Ojje, localidad situada a orillas del lago Titicaca, el cual presenta una plataforma delimitada por muros de contención. Su lado oeste, situado sobre la orilla misma, tiene una serpiente de piedra, enroscada sobre sí misma y trabajada de manera muy realista; dentro del agua del lago hay varias piezas dispersas y, casi a cien metros de distancia, puede verse una gran plataforma lítica, lo que hace pensar que Ojje fue un templo desde donde se regulaban las crecientes del Lago Titicaca.
Finalmente, un conjunto importante es Lukurmata, que tiene un templete de aproximada­mente 27 metros cuadrados en su centro ceremonial, y que se halla rodeado de “suka-kollos”; sin duda es un poblado destinado al control de la producción agraria, muy especialmente al cultivo de la papa.

Periodo expansivo

En el siglo VIII de nuestra era, Tiahuanaco se expande políticamente sobre la base de los enclaves preexistentes, tanto en la costa como en los valles mesotermos; así mismo extiende su poderío sobre el altiplano y la sierra. Esta expansión fue posible gracias al dominio del bronce que le permitió una gran superioridad militar. La expansión se evidencia por la difusión de los símbolos y elementos tiahuanacotas, que aparecen en la cerámica y los textiles de todo el ámbito conquistado. Esta expansión llega hasta el norte de Chile (San Pedro de Atacama) y muestra relaciones con la cultura de la Aguada en la Argentina, deja su huella en los valles de Cochabamba y avanza por el norte hasta la ciudad de Huari, cerca de Ayacucho; allí adquiere modalidades propias. La ciudad de Huari es un gran foco de expansión tiahuanacoide sobre las culturas de la costa del Perú. La ciudad propiamente dicha, con sus grandes murallas de piedra cortada, es diferente a Tiahuanaco, con excepción del sitio de "Cheqo Wasi" cuyas cámaras, realizadas con grandes bloques, recuerdan a la urbe altiplánica. Otro tanto puede decirse de los estratos inferiores con muros de sillar pulimentado de tipo tiahuanacota.
Las modalidades más conocidas de la cerámica Huari son Robles Moko, con motivos tiahuanacoides pero de formas globulares y escultóricas, así como los vasos “Pacheco” con grandes figuras similares a las de la Puerta del Sol.
Después del siglo VIII se establece un gran imperio pan-andino que en el norte, a través de Huari, se expande hacia hasta el Pacífico incidiendo sobre las culturas Moche y Nazca; al sur, es a través de Tiahuanaco que llega hasta Chile y el norte de la Argentina.
En el siglo XII el colapso se había producido el colapso de Tiahuanaco y en la región donde había florecido esta cultura emergen diferentes grupos collas en la forma que hoy conocemos como “señoríos aimaras”.

El Collasuyo

Desaparecido el Imperio Tiahuanaco, la región del altiplano quedó fragmentada en varias etnias que se dividían en dos “mitades” antagónicas y complementarias situadas al oeste y al este del altiplano, llamadas Urcoduyo y Omasuyo. En el sector accidental (Urcusuyo) denominaron los pastores y en el sector oriental (Omasuyo) los agricultores y pescadores.
De norte a sur , en los que hoy es Bolivia y Perú, nos encontramos con los siguientes pueblos aimaras que ocupan las riberas del lago Titicaca: los collas con su doble “cabecera” Hatuncolla y Paucarcolla; luego están los lupacas, en la orilla occidental, con su capital Chucuito; y, al sur del río Desaguadero están los Pacajes con su capital Caquiaviri. Al norte, entre el lago Titicaca y Cuzco, están los canas y los canchis. Vecinos y fuera del área aimara, se encuentran los quiruas, de quienes se sabe muy poco, y los callahuayas que son el paso hacia el antisuyo.

viernes, 17 de diciembre de 2010

La Identidad de los Pueblos. Una aproximación Milenaria: Los Chipayas.
 
Vista del territorio Chiyapa

Todo pueblo forma parte de un proceso histórico, del cual es en gran medida su consecuencia. Profundizar los conocimientos sobre las raíces que lo sustentan nos permite conocerlo más detalladamente y, por otra parte, respetarlo por la riqueza que guarda. La cultura Chipaya representa una riqueza incomparable para Bolivia y Latinoamérica, este pueblo posee una antigüedad que sobrepasa los límites de la historia misma y, a la vez, se manifiesta como un pueblo vigente en la actualidad. Su existencia, llana y sencilla, data de tiempos inmemoriales pero encierra un conjunto de experiencia cultural compacta preservada durante muchos siglos, "entrar en este enigmático mundo nos plantea una serie de preguntas sobre nuestros milenarios orígenes". Cita. 1 CONDARCO
El siguiente trabajo se enfoca principalmente a las Humanidades, con el fin de sensibilizarnos ante nuestra realidad y, en cierta forma, como dice Curtius: "hallar el sentido de nuestra existencia," Cita. RAMOS, Samuel: "El perfil del hombre y la cultura en México", pág. 103. como latinoamericanos. Se pretende reconocer el sentimiento de orgullo y valoración hacia este pueblo, además de respetar su identidad con su propio pasado y su cultura ancestral. Por otro lado, se pretende una amplia explicación de su arquitectura que presenta rasgos espaciales muy interesantes. El contenido del trabajo hace mención a la bibliografía estudiada en el transcurso del Seminario de Arquitectura y Humanidades y, a su vez, a bibliografía específica consultada sobre la cultura Chipaya. Sus distintas partes se refieren a diferentes enfoques humanistas y propuestas de diferentes filósofos estudiados, todo ello considerando a la cultura Chipaya como objeto de referencia principal.


Al Rescate de Nuestra Identidad
Las obras de Octavio Paz Cita. PAZ, Octavio: "El laberinto de la soledad, Posdata, Vuelta a El laberinto de la soledad". y Samuel Ramos Cita. RAMOS, Samuel: "El perfil del hombre y la cultura en México". son un medio para que los mexicanos y los latinoamericanos en general, tomemos conciencia de la importancia de nuestras culturas y la necesidad de recuperarlas o crearlas. En cierta forma, estas dos obras nos empujan a plantear objetivos relacionados con nuestra cultura. Sentimos que podemos ayudar y que ya es tiempo de buscar nuestra identidad, ser nosotros mismos.
A los países latinoamericanos, en general, se nos ha impuesto una cultura ajena, la cultura de los colonizadores, Cita. PAZ, Octavio; Op. Cit.; pág. 182. y nuestro origen verdadero ha sido destruido. "Nuestras raíces nunca han sido nuestras del todo, sino herencia o conquista de las engendradas por Europa". Llevamos muchos años como simples receptores de ideas ajenas, esperando muy cómodamente que se nos diga lo que debemos hacer, lo que es bueno o malo para nosotros. Sin embargo, como afirma Samuel Ramos: "Tenemos sentido europeo de la vida, pero estamos en América, y esto último significa que un mismo sentido vital en atmósferas diferentes tiene que realizarse de diferente manera".Cita. RAMOS, Samuel; Op. Cit. ; pág. 67. Nuestra manera de ver la vida como latinoamericanos es diferente a la de los europeos, por lo que debemos desenvolvernos en esa herencia bajo condiciones nuevas, evitando ser simples copiadores. La suma de nuestras costumbres y las europeas pueden contribuir a lograr una cultura propia, que sea "nuestra", diferente e inclusive mejor.
Sin embargo, parece ser que muchos de nosotros ignoramos o no queremos ver lo que realmente nos pertenece. En la actualidad existen muestras muy valiosas de nuestras raíces que de una u otra manera han sido conservadas y que resultan esenciales de conocer para todo latinoamericano. Por ello, tomando muy en cuenta el llamado que nos hacen, Paz y Ramos y con el afán de emprender la misión de dar a conocer muchos aspectos que nos caracterizan, planteamos a continuación un breve panorama del emplazamiento, costumbres y características de una cultura milenaria que actualmente conserva sus rasgos iniciales, la cultura Chipaya.
Ubicación geográfica  de ChipayaLa cultura Chipaya se encuentra en Bolivia en el departamento de Oruro. Sus pobladores se han asentado en la parte norte del lago Coipasa, en la provincia Atahuallpa. Este asentamiento se encuentra en el eje acuático formado por el lago Titicaca, el río Desaguadero, el lago Poopó y el lago Coipasa.
El territorio donde se encuentra este asentamiento "es una suerte de polígono irregular, inscrito dentro de una gran planicie arenosa y semi desértica a la que sólo las montañas le señalan los límites [...] El visitante no puede dejar de advertir la inmensidad del paisaje, donde la horizontalidad de la gran planicie de arena, remarca notablemente el perfil de los grupos de viviendas cónicas".Cita. DE LA ZERDA GHETTI, Jorge: "Los Chipayas: modeladores del espacio", pág. 24.

Chipaya se encuentra en pleno altiplano de Bolivia aproximadamente a 4,000 metros de altura sobre el nivel del mar. Su clima es frío y seco contrastado con el calor del desierto. Esta región presenta, también, fuertes vientos huracanados que provienen de la Cordillera de los Andes. En época de lluvias, el territorio se inunda completamente, el lago avanza y los ríos se desbordan provocando serios daños. En estas condiciones climáticas, los chipayas han realizado una labor estoica de supervivencia.Las actividades que los chipayas realizan cotidianamente son la siembra, la cosecha, el manejo de agua para el riego, la elaboración de tejidos, la construcción de viviendas, etc.; la caza y la pesca son ocupaciones secundarias y ocasionales. Todo ello acompañado de ceremonias rituales que corresponden a su particular cultura marcada por su origen milenario y por la relación con el hábitat hostil. Esta cultura, que se conserva con bastante pureza, posee también su propio idioma o lengua muy peculiar, incluso su vestimenta presenta rasgos muy particulares y es elaborada por ellos mismos

Niña chipayaEl peinado característico de las mujeres consiste en sesenta pequeñas trenzas distribuidas a ambos lados de la cabeza.


El rasgo principal de esta cultura es su organización urbana y esencialmente la forma de sus viviendas, aspecto que ha llamado la atención de muchos investigadores. A pesar de encontrarse en un territorio áspero e inhóspito, los chipayas han logrado un notable uso de su región para poder sobrevivir. Ellos han planificado su espacio territorial con relación a dos concepciones, como veremos a continuación. Según De la Zerda, Cita. DE LA ZERDA, Jorge; Op. Cit.; pág. 25. espacialmente, el territorio está distribuido en forma concéntrica. En la parte central se encuentra el poblado o zona urbana donde se desarrollan las actividades de gestión, comercio, educación, salud, recreación, vivienda y otras.

A partir de este centro se van distribuyendo otras actividades, primeramente la zona de pastoreo, luego las estancias compuestas por las viviendas "rurales" o "phutucus", los corrales para el ganado, y las áreas de cultivo regadas por canales que vienen desde el río Lauca. Los pobladores ocupan sus viviendas según la época del año y la actividad que realicen, ya sea en el área urbana o rural.
Esquema Concéntrico espacial del pobablo Chipaya.
Esta apropiación y estructuración espacial del territorio chipaya nada tiene que ver con las aldeas españolas ni occidentales, al contrario se percibe una cierta ordenación original producto de causas históricas, políticas, económicas y especialmente socioculturales, que los indígenas conservan.


Plano según A. MetrauxPor otro lado, según Metraux, Cita. METRAUX, Alfredo: "Les indiens Uro-Cipaya de Carangas" vol. VI; Journal de la Société des Americanistes; París; 1935 la partición territorial obedece a otro sistema de organización. Las viviendas se agrupan en torno a dos ayllus o áreas principales, situados al este y oeste de la iglesia.
Las dos parcialidades son:Cita. WACHTEL, Nathan:  ha desarrollado una tesis del "modelo cultural" que ordena la sociedad chipaya del presente y que se expresa en la organización social bi-espacial del territorio y la arquitectura en "Le retour Des Ancestres" siglos XX-XVI. Tajata y Tuanta, designadas en aymará Anansaya y Manansaya. Esta división representa originalmente al pueblo conquistado y el pueblo conquistador según la tradición andina. Sin embargo, como lo afirman De Mesa y Gisbert, "no parece probable que éste sea el origen de las dos parcialidades de Chipaya, sino que conservan por tradición esta división tan característica de cualquier pueblo del Collao." Cita. DE MESA , José et. al. GISBERT, Teresa: "Los Chipayas", Revista Aeronáutica. Cada área está delimitada físicamente en el terreno mediante hitos y señales. Adjunta a la parcialidad de Tuanta está el ayllu de Warta. Cada parcialidad tiene su propia iglesia, además de la Iglesia principal del pueblo. Estas parcialidades se diferencian por rendir culto a diferentes mallkus.

Resulta muy importante recalcar que la organización de las viviendas no se realiza mediante calles. En la ilustración, notamos que las viviendas se reúnen por medio de bajas paredes curvas, en grupos de cuatro o cinco. Esto se debe a que cada agrupación representa una familia donde a medida que ésta va creciendo, el conjunto se va agrandando.
Esta concepción de división espacial que encontramos en Chipaya se refleja igualmente en la distribución espacial del cementerio. Se tiene un mismo patrón de organización, por ayllus. Watchel interpreta y describe el fenómeno afirmando: "Como si dentro del mundo de los muertos igualmente y a pesar de las transformaciones introducidas por la historia, una misma grilla continuara ordenando el espacio y la sociedad, y tratara de retener el curso del tiempo".Cita. WATCHEL, Nathan: "Le retour des Ancetres".
En el poblado se distinguen dos tipos de vivienda, una rural y otra urbana, las cuales revisaremos más adelante. Resulta importante hacer notar que en la actualidad apareció un nuevo tipo de vivienda urbana que es resultado de la "modernidad" e influencia de los pueblos cercanos. Esta vivienda es rectangular con el techo de paja o calamina y puede ser de una planta o dos. Esto no demuestra como la influencia del exterior provoca que las costumbres y tradiciones de una cultura se vayan borrando y en algunos casos llegan a desaparecer. Esperemos que esto no ocurra con la cultura Chipaya debido a que representa uno de los pocos vestigios vivientes de Vivienda ruralnuestras raíces y a su vez es fuente de riqueza patrimonial de nuestras culturas.
La vivienda rural es la más antigua y se denomina "phutuku". Tiene una forma cónica semejante a una colmena y se ubica en lugares de pastoreo. Esta vivienda se construye en su totalidad con tepes sin hacer diferencia entre la pared y el techo. Cuenta con una pequeña puerta ubicada al este y no lleva ventanas.
El tepe es un bloque de tierra y raíces de una gramínea que abunda en la región. Este bloque es extraído del suelo, sus medidas aproximadas son de 43 cm. de largo por 40 cm. de ancho y un alto de 12 cm.


vivienda urbana "Wallichi Koya"El segundo tipo de vivienda o "Wallichi Koya" es también de forma circular cónica diferenciándose de las otras en el techado. Los muros son igualmente de tepe, la cubierta es de paja sostenida sobre arcos de "thola"; cuenta con una puerta pequeña hacia el este y no lleva ventanas.
Estos son los rasgos principales de la cultura Chipaya, con ello logramos conocer una forma de vida que quizás fue una de las primeras en este territorio, en tiempos inmemoriales. A su vez, aportamos con "un granito de arena" sobre algo que forma parte de nuestra historia y que quizás no se le da la importancia que requiere.
Debemos sentirnos orgullosos de nuestras raíces. "Hay que tener el valor de ser nosotros mismos, y la humildad de aceptar la vida que nos tocó en suerte, sin avergonzarnos de su pobreza". Cita. RAMOS, Samuel; Op. Cit;  pág. 91. Con ello concluimos afirmando que solamente a raíz del conocimiento, adentrándonos en nuestra historia podremos realizar un análisis crítico para posteriormente asimilar y comprender nuestra cultura sin despreciarla.


El Mito de Cassirer

La presencia del mito crea un efecto calmante en la sociedad. Nos ayuda a subsistir y a llenar esa necesidad de creer en algo en que aferrarnos. El mito traspasa las barreras del tiempo y cada vez que se repite el rito que lo acompaña, es vivido nuevamente, renace. De esta manera el rito se transforma en un elemento más profundo y perdurable que el mito en la vida religiosa del hombre. "El mito es el elemento épico de la primitiva vida religiosa; el rito es su elemento dramático. Tenemos que empezar estudiando al segundo para comprender el primero." Cita. CASSIRER, Ernst: "El mito del estado", pág. 37. Cada pueblo cuenta con una serie de mitos que lo identifican, la mejor manera de conocerlo es analizando sus ritos.
 La mayor parte de las actividades de los chipayas, sino son todas, se apoyan en una serie de ritos como condición indispensable para poder llevarse a cabo. Existe una mezcla de dos vertientes que influyen en el pensamiento de esta cultura. Por un lado se encuentra la visión chipaya que cuenta con leyendas, mitos, tradiciones y celebraciones andinas y, por otra parte, se encuentra la influencia española en el período virreinal que impuso la visión cristiana incorporando una iglesia en el centro del poblado.

La visión chipaya original cuenta con una serie de leyendas, mitos y ritos que renacen día a día y que representan una condición imprescindible para el desarrollo de la vida cotidiana. Incluso el origen de esta cultura está basado en un mito, no existe una explicación real de los factores que produjeron el asentamiento chipaya pero si existe una leyenda en la cual sus habitantes se apoyan para comprender sus orígenes:
"Antes, los hombres vivían en la oscuridad, los Chullpas,
primeros pobladores del mundo, se alumbraban con la fresca luz de la luna [...]
Después de muchos siglos,
los sabios pronosticaron la salida del sol [...]
Al saber que en el universo se impondría la luz candente
de un sol poderoso (Thuñi) y que aparecería del lado oeste,
todos se apresuraron en construir sus guaridas con puertas hacia el este [...]
El sol amaneció por el oeste, pero, después,
el sol apareció por el este ocasionando su muerte,
sofocados por el extraño calor solar [...]
El sol mató a los Chullpas, pero una pareja se metió al agua y
donde permanecieron todo el día hasta la puesta del sol.
Sólo al volver la noche reiniciaban su vida normal,
y así durante algún tiempo hasta que se acostumbraron
al nuevo sistema de vida, con días y noches.
Los chipayas actuales son sus descendientes..."
. Cita. Mito que corresponde a una recopilación de diversas fuentes:  - QUISPE, Martín: "Copia del Cuadernillo de Historia Tradicional de los Urus de Chipaya". - METRAUX, LA BARRE, POSNASKY,  VELLARD: "Datos sobre la tribu de los Chipayas".  - WACHTEL, Nathan: "Hombres del agua" El problema URU, siglos XVI - XVII. - DE MESA, José et. al. GISBERT, Teresa: "Los Chipayas", Revista Aeronáutica.
Existen varias teorías del origen de este pueblo pero ninguna que pudiera probarse científicamente. Unos presumen que subieron de las islas del Pacífico Sur y otros que son de origen amazónico, sin descartar la presunción de las migraciones asiáticas por el estrecho de Bering. Sin embargo, la presencia del mito, para sus habitantes, parece ser la mejor explicación de su origen.
Dentro de sus tradiciones, también se encuentran los dioses o Mallkus (dioses masculinos) y T’allas (complemento femenino) que intervienen en todo tipo de ritos que acompañan la mayor parte de sus actividades. Sus dioses son generalmente elementos de la naturaleza que les brindan su generosidad como ser el río Lauca, la Pachamama (Madre Tierra), las montañas del Sajama, la Torre Mallku (torre de la Iglesia) y otros mallkus de cada ayllu o agrupación. Son sagrados, además, los pequeños monumentos distribuidos en el territorio y ciertos animales disecados como gatos moteados, pájaros, patos y otros. Todas las actividades desde la construcción de una vivienda, el cambio de estación, la siembra, etc. son acompañadas por una serie de rituales específicos.
mesa ritual o pucara Es importante la veneración que los chipayas tienen hacia sus parientes muertos por lo que cada 1ero. y 2 de noviembre exhuman a sus difuntos, les entregan ofrendas y les piden protección. Para ello se realiza una mesa ritual destinada al Mallku Lauca que se denomina pucara. Esta "mesa" es un cono de base circular hecho de tepe donde habita el mallku, enfrente tiene una plataforma donde se colocan una serie de ofrendas representando el reino vegetal, animal y mineral. Al finalizar el rito se queman todas las ofrendas y se las introduce en la parte baja de la pucara del Mallku Lauca.
Por otra parte, la construcción de toda vivienda debe comenzar por la Ch’alla. Los futuros habitantes de la vivienda, sus familiares y los ayudantes realizan una ceremonia acompañada de alcohol, cigarro ycoca.
Antes de emprender con la edificación se comparte un momento de reflexión donde se pide que el trabajo se realice sin ningún percance. Posteriormente, el estreno de la vivienda también es motivo de una pequeña fiesta en señal de agradecimiento a los mallkus y a los compañeros que ayudaron en la construcción. Estos ritos son muy importantes para los chipayas porque les brindan seguridad y sobre todo protección en su nueva vivienda.
De esta manera, la presencia de un gran número de ritos, mitos y leyendas influyen enormemente en la vida cotidiana de los chipayas. Una sola falla en la realización de uno de ellos pronostica malos augurios.
La segunda vertiente de influencia en el pensamiento chipaya es la visión cristiana que tuvo que adecuarse a las costumbres del pueblo y apoyar sus tradiciones para poder imponerse. Existen una diversidad de fiestas y costumbres heredadas por esta visión, que se llevan a cabo tradicionalmente, pero que llevan un complemento de la visión chipaya. La Iglesia que data del siglo XVIII tiene una ubicación estratégica ya que se encuentra en el centro del poblado y representa el espacio de reunión de los ayllus. Se compone de una capilla de planta rectangular con cubierta a dos aguas, una torre de gran altura y dos espacios exteriores. El espacio más pequeño que rodea la capilla cuenta con cuatro posas, una en cada esquina. Adosado a este espacio se encuentra un espacio más grande o plaza con sus oratorios también en sus esquinas. La magnitud de esta plaza permite la reunión de todos los habitantes de Chipaya.
iglesia chipayaLas posas son de planta cuadrada y están cubiertas a dos aguas con un sencillo techo de paja. Se ingresa a ellas por un arco que indudablemente es una aportación española.
La torre es de adobe y tiene tres pisos, con cuatro contrafuertes en su base. Esta torre tiene una cúpula que la remata, característica tomada de la forma de sus viviendas. Frente a la iglesia, sobre una base de adobe, se encuentra la cruz hecha de paja.
El testimonio de este pueblo nos ayuda a comprender la importancia de los mitos en toda agrupación social y la necesidad de conocerlos para comprender los distintos comportamientos que pueden adquirir sus habitantes.


"La Voluntad Creativa" de Worringer

Worringer, Cita. WORRINGER, Wilhelm: "La esencia del estilo gótico". se propone explicar el origen y la esencia del gótico. Con este fin, explica las diferentes características de cuatro categorías de hombres: el hombre primitivo, el hombre clásico, el hombre oriental y el hombre gótico. A partir de este análisis aparece el concepto de "voluntad creativa". Este concepto nace en el intento de comprender el proceso de creación artística de los pueblos. Este proceso nace de una inquietud que busca algo y que trasciende la actividad consciente; posee vida propia y representa valores de especie espiritual. El hombre se siente dominado por fuerzas extrañas que lo conducen a crear y a comprender el alma humana y las formas en que se manifiesta. La historia del arte es la historia de la voluntad artística.
Basándonos en esta idea de Worringer, realizaremos un breve estudio de la voluntad creativa de los chipayas. Podríamos decir que su "voluntad creativa" tiene los rasgos del hombre primitivo descrito por Worringer. Este hombre vive solo, en un mundo ajeno, al que teme. Para mitigar su miedo crea valores inmutables y absolutos, que lo llevan a crear un idioma, una forma de vida y, sobre todo, la necesidad de creer en algo lo lleva a crear una religión como medio de explicación a aquello que no logra entender.
El pueblo Chipaya no sufrió las consecuencias de la conquista española como otros pueblos, ello se debe a la difícil accesibilidad a este territorio y a sus condiciones climáticas que requieren de una acción estoica por parte de sus habitantes. Este pueblo mantuvo su condición de libertad y su postura hacia la vida fácil, sin preocupaciones ni esfuerzos de conservación o de progreso. Su existencia callada como las montañas y la extensión monótona de la planicie los llevó a una expresión igualmente inánime en su arte. Su arquitectura es testigo de una voluntad creativa que surgió hace muchos años y que aún conserva sus rasgos iniciales, posee una concepción muy singular y sobre todo es representativa de una forma de vida y de las condiciones climáticas del territorio. A continuación, se encuentra una breve descripción del proceso de construcción de la vivienda chipaya y sobre todo logramos demostrar que esta voluntad creativa es congruente con las necesidades de este pueblo debido a que sus rasgos iniciales se han mantenido en el tiempo.
Los materiales requeridos para la construcción de la vivienda chipaya son:
- tepes para el muro,
- th’ola de ramas grandes para sostener la cubierta,
- paja brava para "trenzar" sogas y atar la th’ola.
- madera de cactus para la puerta.
- arcilla para revocar la vivienda.
Las viviendas son construidas por sus propios dueños y la ayuda de algunos vecinos. Este tipo de construcción es una tradición que pasa de generación en generación por lo que la habilidad de los chipayas es ampliamente reconocida en los pueblos vecinos. El arquitecto De la Zerda en su libro "Los Chipayas: modeladores del espacio" Cita.  DE LA ZERDA, Jorge; Op. Cit.; pág. 71 a 81. describe muy claramente la construcción y la elección de materiales para estas viviendas:
"En el caso de los tepes, se elige primeramente un buen pasto de raíces gruesas y maduras, con el fin de garantizar la durabilidad. Luego se traza una doble curva en el pasto, con azadón. Los cortes en sentido transversal dan la forma precisa a los tepes, mediante certeros y limpios golpes de azadón. Seguidamente se procede a la extracción, traslado y apilado de los tepes, hasta que se considere que están lo suficientemente secos para la construcción (unos diez días)". Entonces se puede proceder a la construcción, pero sin antes haber realizado la ch’alla, ceremonia en honor a los Mallkus, que describimos anteriormente.
Como paso siguiente se realiza el replanteo de la construcción en el lugar que fue elegido por los futuros habitantes. "El tamaño de la habitación se calcula por "brazadas" sobre una cuerda (hay viviendas de más de 4m. de diámetro), y se procede a marcar sobre el terreno; se determina el punto central, y se va trazando el círculo con la cuerda tensa (a manera de compás), con lo que se dimensiona la futura morada". La construcción no cuenta con ningún tipo de cimentación. Habiendo nivelado el terreno se procede a levantar los muros de tepes que "se depositan directamente sobre el suelo uno a continuación del otro (...) Son colocados con las raíces hacia arriba y el pasto abajo (...) Guiándose por el círculo trazado previamente, se levanta, fila por fila la pared curvilínea, cual arandela o anillo que se va estrechando, mediante la técnica de la bóveda "por avance", hasta una altura de 2.20 m. aproximadamente, donde ya se percibe la forma parabólica, característica de la vivienda chipaya". Cabe recalcar que no utilizan ningún tipo de ligante entre los bloques, las juntas se realizan en seco. "La última fila, es de un bloque más ancho (de unos 45 cm.) y funciona como una especie de pequeño alero (huaylla), a la vez que servirá para sujetar los nervios estructurales de la futura cúpula". Durante el proceso de levantamiento de los muros se deja un espacio trapezoidal destinado para la puerta, "el dintel será hecho de bolillos de madera rolliza, o se usa lo que se pueda encontrar y cumpla su función".
Estructura de th´ola"La vivienda urbana o wallichi Koya [el segundo tipo de vivienda], tiene una cubierta de paja en forma de cúpula, la cual está sostenida por una estructura, formada por arcos o nervios de thola. Estos se forman uniendo fuertemente las ramas de thola con cuerdas de paja brava, trenzadas previamente. Luego se fijan por sus extremos, en los orificios del muro hechos con anterioridad y se amarran solidariamente unos con otros (en los cruces), conformando de esta manera el esqueleto portante".
"Luego se cubre éste, con una "lámina" de arcilla y paja, llamada en aymará "tacta" y en lengua chipaya "wara", que es fabricada en el suelo anteriormente. Esta lámina es de forma circular y para facilitar el traslado hasta el techo, se corta en partes de forma trapezoidal. Encima de la wara se coloca paja brava, como protección contra el agua de lluvia. A su vez la paja se sujeta por encima con una "chipa" o red trenzada con el mismo material; paja brava, como precaución contra los fuertes vientos. En la actualidad esta malla se ha simplificado, reduciéndose a una cuerda que es colocada en el lado oeste de la cúpula, ya que los vientos que vienen de la costa del Pacífico son los más fuertes".
Vivienda revocadaPara evitar que la lluvia o el viento penetre por las juntas que quedaron entre los bloques, se procede a revocar los muros con arcilla, tarea que se realiza totalmente a mano sin la ayuda de ninguna herramienta.
La puerta de ingreso a la vivienda es de madera de cactus, que se trae de lejos. El vano de la puerta se encuentra a unos 40 centímetros del nivel del suelo para evitar el ingreso del agua en caso de inundaciones. La altura total del vano es de 1,20 metros como máximo, de modo que es preciso agacharse para ingresar en la vivienda, la puerta es pequeña para evitar el ingreso del frío y provocar el enfriamiento de la vivienda en su interior. La conclusión de una vivienda se festeja con otra "ch’alla" para agradecer a los mallkus por la nueva vivienda y reconocer a los compañeros por su cooperación.
La vivienda chipaya posee la estabilidad y firmeza necesaria para su fin y para el territorio donde se encuentra. Toda la estructura es portante, capaz de sostener su propio peso y las inclemencias del viento y la lluvia, únicos factores de destrucción. Para prevenir las inundaciones que traen las lluvias, los chipayas construyen sus casas sobre una plataforma de 30 centímetros de altura y el vano de la puerta se encuentra a unos 40 centímetros del suelo; igualmente, trabajan en el encuazamiento del río, con trabajos de drenaje y la construcción de una gran muralla de tepes para evitar que el agua penetre en el poblado.

"Todo este conjunto de materiales, procedimientos, instrumentos, capacidad y fuerza humanas, constituyen una técnica verdaderamente original e imaginativa." Cita.  DE LA ZERDA, Jorge; Op. Cit.; pág. 83. Podemos decir que los habitantes de Chipaya, con un poco de ingenio y habilidad (voluntad creativa) lograron construir sus viviendas con lo que la naturaleza les proporcionó, teniendo como resultado una solución acertada. Esta es la expresión más profunda de este poblado y representa la mejor manera de enfrentar al medio ambiente que pudieron lograr estos hombres. Es un claro ejemplo de la voluntad creativa de un pueblo, que lo identifica y sobre todo es resultado de sus necesidades. Cada pueblo posee su voluntad creativa propia, diferente de las demás pero igualmente valiosa.
En la actualidad, asistimos a una constante pérdida de valores, vivimos en un mundo carente de profundidad. Nos conformamos con todo aquello que se nos impone y poco a poco perdemos nuestra voluntad creativa; resulta más fácil repetir o copiar las cosas que ponernos a crear algo que nos identifique, algo que tenga que ver con nuestra cultura, nuestras tradiciones y costumbres. Estamos rodeados por un mundo que no nos pertenece, ajeno, saturado de información y conocimiento donde ya no sabemos quienes somos en realidad, de donde venimos o hacia donde nos dirigimos.

La práctica de nuestra profesión representa un compromiso muy grande con nuestra sociedad, a quien debemos otorgar el valor que se merece y a su vez recuperar su identidad que con el paso del tiempo ha ido perdiendo. El valor estético se encuentra en el contacto con nuestra propia cultura y no así en la copia de todo aquello que se realiza en otros países. Aún es posible recuperar aspectos de nuestra cultura y con ello la voluntad creativa de nuestros pueblos que nos pertenece y no es un "préstamo" o una "imposición" de otras culturas. Nos debemos dejar llevar por la voluntad creativa y expresar todo aquello que llevamos dentro y que hemos heredado de nuestros ancestros. De esta manera lograremos adquirir mayor seguridad en nosotros mismos y recuperar nuestra identidad.


El Sentido de la Choza de Bachelard

Mediante el libro "La poética del espacio", Bachelard se propone "examinar imágenes muy sencillas, las imágenes del espacio feliz" Cita.  BACHELARD, Gastón: "La poética del espacio, pág. 27 aquellos espacios que poseemos, amamos y defendemos. "El espacio captado por la imaginación no puede seguir siendo el espacio indiferente entregado a la medida y a la reflexión del geómetra. Es vivido. Es vivido no en su positividad, sino con todas las parcialidades de la imaginación (...) Concentra ser en el interior de los límites que protegen". Cita. ibid. pág. 28.
A partir de la lectura y análisis de este libro, comprendemos el espacio como algo que tiene vida y que forma parte de nosotros, es mucho más que dimensiones o materiales, encierra recuerdos buenos y malos, toda una vida de sensaciones. Bachelard explica el concepto de "casa" como ese ser que nos protege, es "nuestro primer universo", un "cosmos". "La casa en la vida del hombre suplanta contingencias, multiplica sus consejos de continuidad. Sin ella, el hombre sería un ser disperso (...) Es cuerpo y alma. Es el primer mundo del ser humano".Cita. Ibid. Pág. 37. La casa no es simplemente un objeto que se describe, lo más importante, su esencia, es que "narra hechos o impresiones para llegar a las virtudes primeras, a aquellas donde se revela una adhesión, en cierto modo innata a la función primera de habitar".Cita. Ibid. Pág. 34.
Planta: vivienda ChipayaBachelard toma a la choza como referencia primera del sentido de habitar, "vista íntimamente, la vivienda más humilde ¿no es la más bella?".Cita.  Gráfico extraído del libro del Arq. De la Zerda: "Los Chipayas: modeladores del espacio", pág. 34. La vivienda chipaya es muy pequeña y humilde. Sin embargo, en ella se siente el sentido de protección que ejerce en sus habitantes. En su interior, el habitante se refugia de las inclemencias del clima, se alimenta y duerme. Su planta circular enfatiza ese sentido de intimidad, de cobijo, como si estuviéramos en el regazo materno, allá nada nos puede hacer daño, estamos seguros.
Esta vivienda, prácticamente carece de muebles debido a la falta de madera en el lugar, existen sin embargo viviendas que cuentan con algún tipo de mobiliario esto varía según el nivel de vida de cada familia. Al interior cuenta con una cocina de arcilla que mantiene caliente el ambiente durante el día y combate el frío extremo de las noches.

"La cabaña no puede recibir ninguna riqueza de "este mundo". Tiene una feliz intensidad de pobreza(...) De despojo en despojo, nos da acceso a lo absoluto del refugio".Cita. Gráfico extraído del libro del Arq. De la Zerda: "Los Chipayas: modeladores del espacio", pág. 63.

La conformación de la vivienda chipaya responde a las necesidades de sus habitantes ya que contribuye a crear un micro clima y un ambiente apropiado que mejore sus condiciones de vida. Resultó un reto para estos pobladores "proveerse de un refugio, de un espacio contra los rigores del clima polarizado entre el frío extremo del altiplano, y el calor de un desierto (hostigado además por vientos huracanados)". Cita. DE LA ZERDA, Jorge; Op. Cit.; pág. 131.

Corte: vivienda Chpaya.Fachada: vvienda Chipaya





Las características más relevantes de la vivienda chipaya son las siguientes:
- Forma circular cónica que se asemeja a los iglúes, con el fin concentrar y conservar el calor que se pueda generar al interior.

- Ausencia total de vanos, salvo la presencia de una puerta de ingreso.

- La puerta, ubicada al este, resguarda la vivienda de los fuertes vientos del oeste y atrae el calor del sol de la mañana.

- Toda la vivienda tiene un revoque de arcilla que permite su impermeabilización evitando que el frío se filtre a través de las juntas.
El sentido de la choza abarca la esencia misma de habitar. "La choza, en la página de Bachelin, aparece sin duda como la raíz pivote de la función de habitar. Es la planta humana más simple, la que no necesita ramificaciones para poder subsistir. Es tan simple que no pertenece ya a los recuerdos, a veces demasiado llenos de imágenes. Pertenece a las leyendas. Es el centro de las leyendas". Cita.   BACHELARD, Gaston ;Op. Cit.; pág. 62 y 63. Podríamos concluir diciendo que esta pequeña vivienda representa el mejor ejemplo del concepto de vivienda, en su simplicidad, el habitante siente esa paz que le permite soñar, ese calor maternal, esa protección que le ayuda a encontrarse y conocerse. "La cabaña es la soledad centrada". Cita.  BACHELARD, Gaston ;Op. Cit.; pág. 63.
Toda vivienda, por más lujosa y grande que sea debe tener espacios que nos transporten "los ensueños de la choza son otras tantas invitaciones a imaginar de nuevo. Nos devuelven estancias del ser, casas del ser, donde se concentra una certidumbre de ser. Parece que habitando tales imágenes, imágenes tan estabilizadoras, se volviera a empezar otra vida, una vida que sería nuestra, que nos pertenecería en las profundidades del ser".
Aplicando todos estos planteamientos en la arquitectura Chipaya y a manera de enriquecer la comprensión de la arquitectura, podemos decir que nuestra misión es realizar obras arquitectónicas que reflejen nuestra entrega y compenetración, donde cada habitante reviva esa intención, la haga suya y sobre todo sienta esa paz que le permita soñar, ese calor maternal, esa protección que, finalmente, lo ayude a encontrarse y conocerse.

El Trasfondo de Hartmann
El trasfondo de Hartmann Cita.  HARTMANN, Nicolai: "ESTÉTICA". nos ayuda a determinar el valor, la esencia de una obra arquitectónica. "Surge toda una vida en el trasfondo: pueblos y épocas históricas aparecen vivas en sus construcciones: su piedad, su poder, su libertad, su "ethos", su burguesía, su campesinado o su nobleza". Cita. HERNÁNDEZ, María Elena: "La Estética de Nicolai Hartmann". Toda obra arquitectónica refleja una época y marca el comportamiento de una determinada agrupación, es el reflejo de su pensamiento, sus necesidades, su forma de vida.
Identificar el trasfondo de la vivienda chipaya resulta muy interesante debido al valor que esta representa tanto para sus habitantes como para la sociedad en general. A continuación, trataré de identificar en ella los estratos de su trasfondo.

Estratos externos de la obra arquitectónica:


La composición según un propósito:
Toda obra arquitectónica debe poseer un tema, un propósito, sin ello la obra es impensable. Por otro lado, la solución efectiva del tema aporta un valor estético único que crea el artista.
Uno de los propósitos principales de toda vivienda es el de protección. Sin embargo, a este propósito se le debe añadir una serie de aspectos muy puntuales derivados de costumbres, actividades, habitantes, etc., en sí todas las necesidades generales y específicas. En este caso, el propósito de la vivienda chipaya se refleja muy claramente en su concepción. La necesidad mayor es la de resguardarse de las inclemencias del clima del exterior. A partir de ello, los habitantes conciben una solución congruente con su entorno y el espacio que ocupan. La solución se realiza utilizando los materiales que la naturaleza pone en sus manos, y tiene como resultado un espacio seguro, protegido y de gran valor estético.

La composición espacial:

Este estrato hace referencia a la cualidad de la obra arquitectónica y a la infinidad de posibilidades existentes para poder representar o dar solución a un determinado propósito.
En el tema que venimos analizando, la composición espacial de esta vivienda es circular cónica, semejante a la de los iglúes. Una vez más, la solución es acertada y responde a las necesidades del habitador, ya que por su forma, logra concentrar y conservar el calor que se pueda generar al interior. Esta concepción no tuvo ningún cambio desde tiempos muy remotos lo cual demuestra su valor, su propósito e incluso su temporalidad.

La composición dinámica:
Toda obra posee una dinámica con la cual avanza sobre las anteriores soluciones espaciales de un tema semejante.
La vivienda chipaya surge ante la necesidad de generar un espacio que cumpla con las funciones de cobijo, alimentación y reposo, a partir de ello adquiere una composición dinámica de acuerdo a los materiales del lugar y a la intuición constructiva de sus habitantes. La vivienda chipaya responde a una solución muy creativa que refleja una necesidad pero que a su vez posee un valor estético congruente con su entorno creando un mundo donde la inmensidad del paisaje remarca el perfil de las viviendas cónicas representando un modo de vida muy particular que parece mimetizarse en el territorio pero que a su vez nos provoca curiosidad y admiración por su composición dinámica original.

Estratos internos de la obra arquitectónica:

El espíritu o sentido en la solución de la tarea práctica:

La solución de determinada obra debe ser congruente con el modo de vida comunitaria de su tiempo.
La vivienda chipaya es testigo de un modo de vida muy particular que existió hace miles de años y que aún conserva sus rasgos iniciales. Su sentido, esencialmente de protección se refleja en su forma, el empleo de los materiales, su emplazamiento, etc. Todos los problemas que quizás fueron surgiendo con el tiempo, fueron solucionados de manera acertada, y actualmente, se repiten de generación en generación sin ningún cambio, de ahí su valor que trasciende el tiempo.

La impresión de conjunto de las partes y el todo:

Las diversas partes que componen una determinada obra arquitectónica deben ser congruentes y armónicas entre sí.
En la vivienda chipaya existe una armonía muy marcada en cuanto a sus partes y, todo aquel que vive este espacio vive una experiencia de confianza, de adecuación, de contemplación que expresa su fin principal: conseguir un espacio seguro destinado al reposo, la alimentación y el resguardo a las inclemencias del clima exterior. Al revivir lo que los habitantes quisieron lograr en tiempos muy remotos, la vivienda chipaya trasciende la barrera del tiempo y marca una impresión de conjunto congruente.

La expresión de la voluntad vital y del modo de vida:
La impresión que quiso causar esta obra el momento de su concepción sigue siendo experimentada en la actualidad. Su idealidad continúa en pie por sobre la medida humana y el tiempo. Vivir este espacio nos remonta la "función primera de habitar" que caracteriza esa necesidad que tenemos todos, de protección y seguridad, como la sensación del regazo materno. Vivir o imaginar este espacio nos conduce a comprender su idealidad o su "voluntad vital" como testimonio de una época, de una forma de vida y a su vez de sus ideales.


Conclusiones

Los Chipayas, un pueblo testigo de nuestros orígenes, cuya presencia hace que tomemos conciencia de nuestra identidad; sus tradiciones y mitos, que traspasan las barreras del tiempo y nos ayudan a llenar esos vacíos que no acabamos de entender; sus habitantes, con un proceso de creación artística o "voluntad creativa" que se plasma en una arquitectura muy ingeniosa, peculiar y de singular belleza, que provoca cierto misterio y asombro; su vivienda circular que, en su simplicidad, ejerce el sentido de protección e intimidad en sus habitantes; en sí, una arquitectura con un trasfondo que determina su valor, su trascendencia en el tiempo y su "voluntad vital" testigo de una época y una forma de vida. Todo ello nos proporciona una imagen, un conjunto valioso digno de ser conocido y admirado.
El análisis realizado a lo largo del trabajo, aplicado a conceptos desarrollados por distintos autores, nos brinda una visión diferente y más humana. El modo de vida de estos hombres, sus costumbres, su arquitectura, sus tradiciones, su religión, su lengua madre, etc. poseen una riqueza y belleza dignas de ser conservadas y estudiadas.
Sin embargo, en la actualidad, asistimos a su progresiva extinción, una cultura con tanta riqueza va desapareciendo poco a poco ante nuestros ojos y nadie hace algo por evitarlo. La importancia de conservarla, testigo de nuestros orígenes es, hoy, algo esencial. Esta cultura merece apoyo, pero no un cambio que la destruya por completo; los chipayas merecen un apoyo que conserve su equilibrio social y espiritual.
Esta cultura es una más de todas las existentes a lo largo del territorio latinoamericano. Sin embargo, espero haber logrado mi propósito, el de rescatar muchos de sus aspectos relevantes y a la vez estimular a la realización de tareas dirigidas a nuestras comunidades. Todos los pueblos debemos encarar esta labor ya que cuanto más pronto se realice podremos conocernos mejor y conservar lo que queda de algo que es nuestro, nos pertenece. Es tiempo de actuar, pero debemos hacerlo ahora, "el valor supremo no es el futuro sino el presente." Cita.  PAZ, Octavio; Op. Cit.; pág. 286. Nuestra acción debe realizarse lo más pronto posible, debemos ser capaces de quitarnos las máscaras y vernos tal cual somos, sin perjuicios. "Aquel que construye la casa de la felicidad futura edifica la cárcel del presente", debemos actuar en el presente.